Un polémico cese

Junts negocia con Eduard Pujol su restitución tras suspenderle por presunto acoso sexual

Un juez ha enviado al banquillo a una mujer por "presionar, amedrentar y difamar" al expolítico, que denuncia una campaña de derribo

Eduard Pujol, exdiputado de JxCat.

Eduard Pujol, exdiputado de JxCat.

Fidel Masreal

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El periodista Eduard Pujol fue un dirigente destacadísimo de Junts per Catalunya hasta que fue destituido fulminantemente el 26 de octubre de 2020 bajo una rotunda acusación de acoso sexual. Meses después, el mismo partido que lo defenestró le pidió disculpas y le prometió que sería restituido, algo que todavía no ha sucedido. Hoy el tema es un auténtico tabú en la formación. Un motivo de gran incomodidad porque, según se admite, nadie tiene claro cómo y por qué fue cesado de forma tan categórica. El caso es una maraña complejísima en la que se entrelazan animadversiones, feminismo, denuncias no ejecutadas, recelos y medias verdades sobre una decisión de la que nadie se hace responsable.

Fuentes del entorno de Pujol explican que todavía hoy, pasados siete meses desde el anuncio de restitución, en junio de 2021, no se ha formalizado ninguna propuesta, más allá de sugerencias de rango muy menor al cargo de portavoz parlamentario que él ocupaba. En cambio, en Junts sostienen que existen conversaciones con el exdiputado y que, tras haber esperado un tiempo "más que prudencial" por si algunas mujeres presuntamente acosadas daban el paso y denunciaban, ahora habrá una restitución "inequívoca".

La génesis

El exdiputado esgrime una y otra vez el auto que envía a juicio a una mujer "presionó, amedrentó y difamó" a Pujol a través de las redes sociales y que luego le denunció por acoso. En la génesis del caso, siempre según las citadas fuentes, estaría la animadversión de algunas dirigentes del partido contra el entonces cargo parlamentario, que habrían propiciado un "juicio sumarísimo" en el que él no pudo ni defenderse. La portavoz de Junts, Elsa Artadi, fue contundente en una rueda de prensa: "La información que tenemos es suficientemente grave y urgente para que el partido le suspendiera cautelarmente de militancia".

Fuentes conocedoras del caso en el seno del partido admiten que este asunto ha generado una enorme incomodidad interna. Y se hace autocrítica, aunque en privado: "Esto se ha llevado muy mal, pero... ¿cómo te crees que funcionan las cosas en este partido?", admite un dirigente.

Los efectos indeseados

Los hechos son los siguientes: la responsable de Feminisme de JxCat, Aurora Madaula, fue la encargada de recoger las versiones de dos mujeres que informaron a la dirección del partido un presunto acoso por parte de Pujol. Según estas fuentes, las mujeres también se pusieron en contacto con el Institut Català de les Dones. A partir de ahí aparece una nebulosa respecto a qué órgano decidió la expulsión como militante de Pujol, más allá de que Artadi compareció en nombre, obviamente, de todo el partido.

Según otras fuentes, tanto Albert Batet (presidente del grupo parlamentario) como Josep Rius (vicepresidente de Junts) fueron los encargados de comunicar la decisión a Pujol. Pero, como Artadi, fueron meros ejecutores de una orden, según se afirma, del secretario general. Es decir, de Jordi Sànchez, que en aquel momento estaba en prisión por la sentencia del 'procés'.

Según fuentes cercanas al secretario general, este defiende su actuación tras constatar el contenido del informe de una comisión interna contra el acoso. "Eduard había caído en desgracia", añaden. En ese momento, JxCat carecía todavía de un protocolo específico. El caso se precipitó a la opinión pública al saberse que algún medio de comunicación estaba al corriente.

Un agujero negro

En cualquier caso, en Junts se niega que la destitución haya tenido una motivación personal contra Pujol, pero se admite que hubo, como poco, una gran precipitación a la hora de defenestrarlo. "Nunca se llevó el tema a la ejecutiva, nunca hemos visto la instrucción interna del caso y, desde que se decidió, nunca más se ha hablado del tema", asume otra persona conocedora del caso. El detonante del malestar interno es que la gestión de todo este conflicto, en el que las mujeres no han presentado denuncia contra Pujol, ha generado un daño notable en la lucha contra el machismo y las agresiones sexuales, como apunta una dirigente.

La pregunta de por qué ellas no denunciaron tiene una respuesta, en una de las fuentes de Junts citadas: posiblemente, por "miedo". Según fuentes de la cúpula, es "hipócrita" hablar ahora de precipitación en la destitución de Pujol porque, en estos casos, siempre la política actúa de forma inmediata sin esperar al veredicto judicial.

Del periodismo a la política

Pujol se unió como independiente a la candidatura de JxCat a las elecciones catalanas de 2017, encabezada por Carles Puigdemont, ocupando el octavo puesto, justo detrás de los presos, los 'exconsellers' que se fueron de Catalunya tras la DUI y la actual presidenta del Parlament, Laura Borràs. Conseguida el acta de diputado, Pujol fue designado portavoz adjunto y después portavoz del grupo parlamentario.

Licenciado en Ciencias de la Información por la UAB, Pujol inició su carrera como periodista en Ràdio Martorell, su pueblo natal, y después fue fichado como redactor de deportes en Catalunya Ràdio. Trabajó también en el Barça y, posteriormente, se incorporó a RAC-1. En 2012 fue nombrado director de la cadena, cuyo cargo abandonó para dar el salto a la arena política.

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