Perfil

Laura Borràs, un nuevo cargo para la presidenta que no pudo ser

La dirigente de JxCat ha pasado en tres años de 'consellera' a candidata en el Congreso, presidenciable y ahora presidenta... del Parlament

El pleno de constitución del Parlament de Catalunya, en directo

Laura Borràs, candidata de JxCat a la presidencia de la Generalitat

Laura Borràs, candidata de JxCat a la presidencia de la Generalitat / Ferran Nadeu

Fidel Masreal

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Hace tan solo tres años y dos meses, Laura Borràs (Barcelona, 1970) dirigia la Institució de les Lletres Catalanes, de acuerdo con formación académica, experta en literatura medieval. Una dirección por la que ahora está investigada por corrupción al, según informes como el de la Sindicatura de Comptes, haber troceado varios contratos por servicios informáticos. Pero desde el inicio de lo más álgido del 'procés', esta mujer de 50 años de Barcelona, hija y esposa de reputados médicos, madre de una joven, Marta Botet, con ambición en las redes sociales también en relación a la literatura, no ha parado de encadenar puestos de responsabilidad en los puestos de mando del independentismo de Junts per Catalunya.

Borràs ha trasladado su innegable capacidad dialéctica (su padre le dijo "haces magia con las palabras", poco antes de morir), su hiperactividad, su autoestima y su querencia por las redes sociales a puestos de liderazgo destacados, en los que, sin embargo, ha tenido un recorrido efímero. Fue elegida diputada, posteriormente 'consellera' de Cultura bajo la presidencia de Quim Torra, pero apenas nueve meses después abandonó el Govern para ser la candidata de Junts per Catalunya a las elecciones generales, tras la purga que el 'expresident' Carles Puigdemont hizo de cargos procedentes de Convergència, entre ellos dirigentes con experiencia como Carles Campuzano.

Sus detractores creen que da un paso a un lado pero su perfil está caracterizado por la ambición

Resultados discretos

Su candidatura en Madrid, con repetición electoral incluida, no ha cosechado resultados notables frente a la victoria incontestable de ERC en el flanco soberanista. Además, el grupo de 8 parlamentarios de JxCat se ha desgajado en dos mitades: la posconvergencia del PDECat por un lado, con su estrategia pactista y el apoyo a las cuentas del Gobierno, y los de Borràs, por otro, con el rechazo a cualquier pacto con los partidos "del 155".

Tampoco Borràs ha finalizado su etapa en Madrid dado que, de la mano de Torra y de su núcleo duro (lo llama la "war room" porque compartían despacho en el Parlament), formado por fieles como Josep Costa o Francesc de de Dalmases, ha ascendido a la candidatura a la Generalitat.

Borràs ha ascendido meteóricamente sin haber pertenecido a ninguna familia política. Ha logrado victorias aplastantes, como en las primarias para escoger candidato de Junts a la Generalitat frente al 'conseller' y exconvergente Damià Calvet. Su sello ha sido siempre el de la simpatía y proximidad ante las bases independentistas, con un discurso muy cercano al de la CUP en relación a la represión del Estado y la necesidad de plantar batalla incluso con la unilateralidad. Su discurso en campaña desplegando de nuevo en el horizonte una declaración de independencia sorprendió y no gustó incluso a destacados dirigentes de su partido.

Al frente de la institución podrá escenificar un choque con la justicia a cuenta de la investigación contra ella por corrupción

Dirigente por libre

Pero esa es una de las características de Borràs: ir por libre y mantener una agenda imparable, dado que no ha abandonado en ningún momento también su vertiente académica. Duerme pocas horas y aprecia la vida dado que estuvo a punto de perderla tras el parto. Tan rápido ha sido su viaje político que dispone ya incluso de un libro autobiográfico en el que no escatima autoelogios y críticas a sus socios de ERC. Unos socios y rivales que le han propinado su principal revés político: Borràs se veía presidenta de la Generalitat y así lo creyó, espoleada por su entorno directo, hasta que ya entrada la noche electoral del 14F los números confirmaron la victoria del PSC, seguido por ERC y con JxCat en tercera posición.

Ahora Borràs ha de tomar un nuevo rumbo, asumir otro cargo. Unos lo interpretan como la victoria del aparato del nuevo partido de Puigdemont para apartar a una mujer que va por libre y que enarbola un discurso excesivamente radical en lo soberanista. Otros creen que así Borràs mantendrá rango y protagonismo -un protagonismo que ella nunca rehuye, al contrario- para mantener su liderazgo intacto. Y que además podrá defenderse de posibles inhabilitaciones judiciales por el caso de su gestión en la Institució de les Lletres.

Sin duda, al frente del Parlament podrá protagonizar enfrentamientos verbales y quizás legales contra el Estado. Pero no estará en el puente de mando del nuevo Govern independentista, si finalmente JxCat, ERC y la CUP trenzan un acuerdo estable de legislatura y de Govern.

Sea como sea, Borràs asume ahora su etapa más difícil: gestionar el proceso judicial y asumir que no liderará el independentismo tras haber saltado de cargo en cargo en cuestión de cuatro años.

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