Primer aniversario de la coalición
PSOE y Podemos: un año de resistencia
Sánchez e Iglesias llegan a su aniversario sabiendo gestionar mejor sus diferencia por la monarquía o los socios para los Presupuestos
Los primeros doce meses de la coalición han estado marcados por la pandemia y la gestión de la crisis social y económica
Socialistas y morados han cerrado el arranque de la legislatura con la aprobación de la eutanasia y la llegada de las vacunas
Miguel Ángel Rodríguez
Periodista político, especializado en la información parlamentaria del Congreso y el Senado
El abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias resiste. El presidente del Gobierno y su vicepresidente segundo ya están centrados en 2021. El pasado lunes, ambos mantuvieron una reunión para encarar los nuevos retos y dejar atrás 2020, el año de la pandemia y, también, el primer año de vida del Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. Doce meses de infarto difíciles de imaginar cuando el líder del PSOE salió el 7 de enero de 2020 del Congreso como presidente del Gobierno. En aquel momento nada hacía presagiar las dificultades que el primer Consejo de Ministros bicolor de la historia democrática reciente tendría que afrontar. Desde entonces ha pasado un año, que en algunos momentos parecía no tener fin, en el que Sánchez e Iglesias han aprendido a convivir con sus roces internos en mitad de una pandemia que ha puesto del revés a España, y al mundo entero.
La investidura
Apenas 48 horas les sirvieron a Sánchez e Iglesias para cerrar un pacto exprés y dejar atrás meses de incertidumbre y una repetición electoral. De aquella negociación, el líder del PSOE salió más cerca de ser presidente del Gobierno y el secretario general de Podemos se alzó con una vicepresidencia. Los ‘síes’ del PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, BNG y Teruel Existe, más la abstención de ERC y EH Bildu hicieron el resto. Junto al Ejecutivo bicolor nació una mayoría progresista que terminaría por aprobar los Presupuestos.
El 8-M y los primeros roces
Las primeras tensiones en la experiencia de la coalición llegaron con el 8-M. Los morados echaron un pulso al sector socialista del Ejecutivo para aprobar en el Consejo de Ministro la ley del 'solo sí es sí' coincidiendo con la celebración del Día de la Mujer. Una batalla en la que el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, termino cediendo.
Además, las manifestaciones del 8-M estuvieron marcadas por el recelo a las grandes aglomeraciones y las críticas de la oposición al Gobierno por permitir concentraciones.
Se activa la alarma
"Esta es una batalla que vamos a ganar", sentenció Sánchez el 14 de marzo cuando anunció la declaración del estado de alarma y el confinamiento domiciliario. Esta medida extraordinaria estuvo en vigor casi 100 días en los que, entre aplausos a los sanitarios, el Ejecutivo buscó cada 15 días su prórroga. Una tarea que necesitó de ingeniería parlamentaria, unas veces pactando con Cs a cambio de medidas económicas y otras acordando la derogación de la reforma laboral con EH Bildu.
Tensión por el escudo social
Con la pandemia desbocada y la economía paralizada, el Gobierno empezó a confeccionar su llamado 'escudo social'. Un conjunto de medidas -entre las que estaba el ingreso mínimo, los erte o avales públicos- para ayudar a las empresas, autónomos y colectivos vulnerables. En este escenario se fue tejiendo la guerra entre Iglesias, defensor de incrementar el gasto, y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, que abogaba por mantener cierta austeridad.
El acuerdo europeo
La Unión Europea mantuvo la atención de todo el mundo durante 5 días. Más de 90 horas de negociación de infarto que se saldaron con un acuerdo histórico para hacer frente a los estragos de la pandemia. Sánchez regresó de Bruselas con 140.000 millones de euros bajo el brazo para España a recibir en los próximos siete años y entró en el Congreso arropado por los aplausos de la bancada socialista y las críticas de la oposición. El PP denuncia ahora el reparto desigual entre las autonomías y amenaza con denunciarlo a Europa.
La salida del emérito
Juan Carlos I, o más bien su salida de España en plenas vacaciones de agosto, abrió una brecha en el Ejecutivo. La marcha del rey emérito, de la cual Sánchez no informó a Iglesias –lo mismo ocurrió con la fusión entre CaixaBank y Bankia-, provocó las críticas de los ministros morados, mientras el sector socialista del Ejecutivo salió en defensa de la gestión de Felipe VI. Los socios se empeñan en restar importancia a la diferencia de opiniones en torno a la corona, pese a que los morados no desisten en forzar un debate entre monarquía y república.
Una nueva alarma
Cogobernanza. Esta palabra que abanderó las relaciones de Sánchez con las comunidades autónomas durante la primavera fue la base del estado de alarma que decretó Sánchez en octubre, ante la segunda oleada de contagios. La diferencia con la anterior, esgrimió el jefe del Ejecutivo, es que las comunidades tiene ahora plena autonomía para marcar las restricciones necesarias. Su duración de seis meses, hasta el próximo 9 de mayo, provocó una avalancha de críticas.
La eutanasia, nuevo derecho
La eutanasia será legal en España en 2021. Sin embargo, diciembre de 2020 quedará como el mes en el que el Congreso de los diputados aprobó la proposición de ley del PSOE para regular la muerte digna. Los socialistas, junto a los morados, lograron recabar el apoyo de una amplia mayoría de la Cámara baja –salvo los 'noes' de PP y Vox- para que España sea uno de los siete países del mundo en los que la eutanasia es un derecho.
Nuevos Presupuestos
El 22 de diciembre, el Gobierno dijo adiós a los Presupuestos del exministro conservador Cristobal Montoro y logró la aprobación de unas nuevas cuentas públicas para el 2021, construidas sobre la base de los fondos europeos. La negociación no resultó sencilla, tanto por las desavenencias en el seno del Gobierno, como por las diferencias entre socialistas y morados a la hora de escoger socios (Cs o ERC y EH Bildu). Finalmente, el 'sí' de los republicanos catalanes y la formación abertzale permitió consolidar la mayoría de la investidura.
Y llegó la vacuna
Con el 2021 echándose encima, las primeras vacunas contra el coronavirus llegaron a España. El objetivo del Gobierno es que en julio haya entre 15 y 20 millones de personas inoculadas. Unos planes que están en riesgo tras los retrasos en la campaña de vacunación en la primera semana. Además, no será Salvador Illa quien termine de coordinar este proceso tras anunciar que será el candidato del PSC a la Generalitat. Un cambio que obligará a Sánchez a comenzar el segundo año de la coalición con una reforma en su gabinete.
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