Los retos de Sánchez

El Gobierno afronta un 2021 entre Catalunya y la pandemia

Sánchez tendrá que reestructurar su gabinete tras la salida de Illa del Ministerio de Sanidad

En Moncloa confían en reactivar las negociaciones con el PP para CGPJ tras los comicios del 14-F

Los gestión de los fondos europeos y los roces con los morados serán algunos de las tareas del jefe del Ejecutivo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la rueda de prensa de balance de 2020

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la rueda de prensa de balance de 2020

Miguel Ángel Rodríguez

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El 2021 viene cargado de retos para Pedro Sánchez. Tras un año en el que la pandemia ha trastocado, y no parece que vaya a dejar de hacerlo en el corto plazo, la acción del Ejecutivo, en el horizonte del presidente del Gobierno se empiezan a perfilar los desafíos que marcarán los próximos meses. Reformar su gabinete tras la marcha de Salvador Illa del Ministerio de Sanidad para pelear por la presidencia de la Generalitat parece el más urgente, pero por delante tendrá la negociación del poder judicial con el PP, la delicada decisión sobre los indultos, el reparto de los fondos europeos -con una oposición que ya ha avisado que estará más que vigilante- y los roces con el sector morado del Gobierno. 

Quién sustituirá a Illa al frente de la cartera de Sanidad es uno de los primeros asuntos que deberá despachar Sánchez. La popularidad que ha ganado durante la pandemia ha llevado al secretario de Organización del PSC a regresar a Catalunya como candidato socialista a la Generalitat. Este paso, afeado por la oposición, obligará a Sánchez a reajustar su Consejo de Ministros. Uno de los nombres que más suena como recambio de Illa es el de la actual ministra de Política Territorial, Carolina Darias, y para ocupar la cartera que ella deja entraría en el Gobierno Miquel Iceta tras renunciar a liderar la lista del PSC al 14-F. 

La fecha clave

La fecha de los comicios catalanes parece está marcada en rojo en el calendario del Gobierno. Más allá de la confianza en que Illa obtenga un buen resultado a costa del desplome de Cs, en el sector socialista del Ejecutivo confían en que tras las elecciones puedan reactivar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con el PP. Pese a los dimes y diretes de los últimos meses, en el PSOE defienden que existe un acuerdo cerrado con los conservadores, pero que estos no quieren hacerlo público por miedo al crecimiento de Vox en Catalunya. Por lo tanto, una vez pase el 14-F, esperan consolidar el pacto, aunque desde Unidas Podemos presionen para reformar el sistema de elección de los vocales del poder judicial y evitar el bloqueo del PP. 

En torno a las elecciones rondará también la concesión de los indultos a los políticos independentistas presos. Sánchez ha mostrado su predisposición a impulsar esta medida, aunque ha dejado claro que abordará el asunto a su debido tiempo. ¿Cuándo será eso? Pues todo parece indicar que después de los comicios en Catalunya y tras pactar la renovación del CGPJ con el PP para evitar más obstáculos a la negociación, sostienen en Moncloa. Además, entre los objetivos del Ejecutivo para "superar tiempos aciagos", como dijo Sánchez esta semana, está previsto reformar el delito de sedición a lo largo de este año para facilitar el regreso de los políticos catalanes huidos de la justicia. 

Las costuras internas

A parte de las negociaciones con los de Pablo Casado, en el seno del Gobierno se seguirán produciendo los tiras y aflojas entre socialistas y morados que este año han tensado las costuras del Ejecutivo de coalición. El siguiente choque entre los socios parece que estará en la reforma del cálculo de las pensiones. La vicepresidenta tercera, Nadia Calviño, y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, defienden elevar de 25 a 35 años de cotización el periodo que debe servir para estimar la cuantía de las pensiones. Una propuesta que Iglesias ya ha rechazado de plano.

Sobre la mesa, además, tienen pendiente la derogación de la reforma laboral, que los ‘podemistas’ exigen que sea completa mientras que en el PSOE abogan por eliminar solo los aspectos más lesivos, y la subida del SMI, por ahora congelada pese a las reticencias de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Mención aparte merece los roces por la monarquía. Ante la defensa de Felipe VI por parte de Sánchez, Iglesias continuará con sus críticas, buscando atraer el voto de los republicanos socialistas. 

Pese a las tensiones internas, ambas formaciones defienden que el Gobierno goza de buena salud. Una cohesión que necesitarán para seguir gestionando la crisis sanitaria y la campaña de vacunación que, confían, permita tener inmunizados a entre 15 y 20 millones de personas en junio. Además, tendrá que administrar otra vacuna muy diferente, los 140.000 millones de euros que irán llegando desde la Unión Europea para hacer frente a los estragos económicos causados por el coronavirus. La gestión de estos fondos estará bajo la lupa de la oposición y en el PP ya critican que el reparto planteado discrimina a las comunidades que gobiernan.

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