El juez prorroga la prisión provisional de Villarejo por dos años más

Las referencias a la salud y su temor, al menos según sus propias palabras, "a morir en prisión" no han convencido al juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, que este lunes ha procedido a prorrogar por dos años más la prisión provisional del comisario jubilado José Manuel Villarejo, conforme habían solicitado la Fiscalía Anticorrupción y las acusaciones que ejerce Podemos y el despacho de abogados Balder. 

El magistrado considera que hay un riesgo evidente de fuga, así como de alteración o destrucción de pruebas y de reiteración delictiva. Entre el detalle de las prácticas corruptas que señala el juez en su resolución figura la conversación que mantuvo con el ciudadano guineano Francisco Menéndez con el que negoció el acceso de nacionales de ese país a España. En ella el excomisario se jactó de "llevar más de 30 años haciendo maldades y cobrando y pagando por todo el mundo".

Para el juez eso es demostrativo del alto nivel económico del excomisario, cuyo patrimonio inmobiliario en España y el extranjero se ha cifrado en más de 16 millones de euros. También cita los dos DNI a nombre de terceras personas que no devolvió tras jubilarse y el pasaporte con hojas en blanco.

16 microcausas

El magistrado explica que con ese dinero "demuestra una estructura financiera capaz de generar estructuras para sustraerse a la presente causa" y recuerda que en una de las 16 piezas abiertas a raíz de los audios que se le intervinieron y que aún se están analizando, sin que él haya colaborado en la desencriptación, hay indicios de que evitó "la estructura del plan establecido con su detención". Además, en el caso de quedar en libertad, podría "utilizar directamente" el material que le ha sido intervenido, porque él mismo ha declarado que "guarda varias copias".

Durante la vistilla necesaria para prorrogar la prisión provisional Villarejo amenazó con "cien veces más material" que el que ha salido, en su opinión, para perjudicarle y apeló a su edad y a las dolencias que padece, por las que compareció por videoconferencia ante la Audiencia Nacional sin necesidad de ser trasladado desde la cárcel madrileña de Estremera, para tratar de quedar en libertad con cualquier tipo de garantía, como fianza o incluso control telemático.

Por su parte, las acusaciones apelaron al riesgo de fuga y de destrucción de pruebas, así como de reiteración delictiva, argumentos que ha hecho suyos el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 que ha optado por prorrogarle la prisión por otros dos años más hasta el máximo de cuatro previsto en la ley.