EL PULSO SOBERANISTA

JxSí lima asperezas con la CUP y se abre a un referéndum unilateral

La comisión del procés vota sus conclusiones

La comisión del procés vota sus conclusiones / periodico

XABI BARRENA / JOAN CARLES CANELA / BARCELONA

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Y de sopetón, pactaron. Junts pel Sí y la CUP, cuyas diferencias y rencillas forzaron, a cuenta de los presupuestos, a que el ‘president’ Carles Puigdemont se someta a una cuestión de confianza el próximo mes de septiembre han pactado este lunes, casi sin previo aviso, las conclusiones de la comisión del proceso constituyente. El pacto no es cualquier cosa, por cuanto incluye, por primera vez, una hoja de ruta conjunta que se dibuja lo suficientemente amplia como para incluir, si procede, la promesa de un referéndum unilateral de autodeterminación, el llamado RUI.

El pasado 27-S ambas fuerzas concurrieron con un guion hacia la secesión bien distinto. Mientras Junts pel Sí ofreció una ruta alambicada hasta la proclamación de la independencia, en la que, incluso, no se adivinaba con claridad el ‘momento cero’, los anticapitalistas hicieron bandera de la declaración unilateral. El casi 48% de apoyo (es decir, menos de la mitad) a la causa independentista fue entendido por la CUP como un obstáculo a su propuesta. Este lunes, unos y otros han llegado a un pacto conjunto sobre qué hacer.

DOCUMENTO BASE

Sobre la base de la hoja de ruta de Junts pel Sí, esta coalición formada por CDC-PDC, ERC y diputados independientes ha aceptado incluir en el proceso de "desconexión" con el Estado un "mecanismo unilateral de ejercicio democrático" que se aplicaría tras la aprobación de las llamadas "leyes de desconexión" y con anterioridad a la convocatoria de la "asamblea constituyente". Los dos grupos  han transaccionado sus respectivas propuestas en un solo documento de 11 puntos.

Es un redactado lo suficientemente amplio para abrir la puerta al RUI y supone, asimismo, un nuevo quiebro respecto a lo dicho varias veces por Puigdemont. El ‘president’ siempre ha señalado que no habiendo alcanzado aun el 50% de apoyo explícito a la independencia era necesario alcanzar ese hito antes de desentenderse del Estado español. Ahora, el RUI o incluso una nuevas elecciones plesbiscitarias llegarían tras haber aprobado la ley de transitoriedad jurídica. Es decir, tras la proclamación, quizá sin alharacas, pero sí efectiva de la independencia. En el mismo punto siete donde se pone la pista de aterrizaje al RUI se afirma que "las leyes de desconexión no son susceptibles de control, suspensión o impugnación por parte de ningún otro poder, juzgado o tribunal". Precisamente porque al aprobarlas el Parlament ya no reconoce más autoridad que la que emana de la propia Cámara catalana.

Puigdemont no ve con malos ojos el referéndum unilateral. Otras cosa es la cúpula ‘in pectore’ de su nuevo partido, es decir, Artur Mas y Neus Munté. El ‘expresident’ ve en la reivindicación del RUI una voluntad por quitar épica al proceso participativo del 9N que él comandó y por el que la justicia le acosa. Munté ha afirmado este mismo lunes que la hoja de ruta no prevé "por ahora" el RUI dadas las "dificultades de orden técnico" para su realización, aunque la que se adivina como jefa de la ejecutiva renovadora del PDC, Marta Pascal, afirmó el domingo en estas páginas que es una posibilidad. 

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Otra voz vinculada al oficialismo convergente, Santi Vila, ha sido aun más gráfico sobre el RUI. Ha aseverado que es una idea "inoportuna e injustificada" que podría poner en riesgo inversiones y restar apoyo a la independencia, y ha opinado que las leyes a la carta son propias de una república bananera.

ERC, A LA ESPERA

El otro tercio significativo, el de ERC, no ve con malos ojos el RUI. De hecho, cuando Mas se bajó de la consulta los republicanos reclamaron entrar en el Govern para llevar a cabo el referéndum y no el proceso participativo en el que se tornó. Eso sí, temen que haya algunos, no tanto los promotores de la idea, que se quieran apuntar al RUI para hacer el llamado ‘procesismo’, es decir, volver a 2014. Otro ‘conseller’ del Govern, independiente pero cercano a ERC, Raül Romeva ha aseverado que el Consell Executiu se abría “a alterar la hoja de ruta en favor de un referéndum".

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Lo que aun está muy verde es el verdadero sueño húmedo del independentismo, que no es otro que sumar al colauismo al RUI. El varapalo que Catalunya Sí que es Pot (‘primos’, que no hermanos, del colauismo, ya que la alcaldesa se desentendió de la confluencia de Podemos para el 27-S) dio a la unilateralidad fue de aúpa, solo superadas por las conclusiones del PP