ANÁLISIS

La vía del 'casi juntos pero jamás revueltos'

Los equipos negociadores de PSOE, Ciudadanos y Podemos este jueves en el Congreso.

Los equipos negociadores de PSOE, Ciudadanos y Podemos este jueves en el Congreso. / periodico

GEMMA ROBLES / MADRID

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Se sentaron este jueves delegaciones de PSOE, Ciudadanos y Podemos para hablar de investidura. Por fin. Dos documentos sobre la mesa: el acuerdo rubricado por Pedro Sánchez y Albert Rivera y un nuevo texto elaborado por los podemistas con 20 puntos. Muchas alusiones al "respeto". A las puertas de una concurrida sala del Congreso quedaron las referencias a la financiación 'a la venezolana', el 'cuñadismo' o el enchufismo tribal, entre otras lindezas escuchadas en las últimas horas por boca de los que se comprometieron a cambiar la política. También en las formas. La fotografía de los tres partidos ya existe, se coloque finalmente en el álbum de los éxitos o de los fracasos políticos. Está hecha. Para los socialistas, esa ya es una pequeña victoria. O eso dicen.

Para los morados y para los naranjas supone una cesión a sus vetos mutuos. Así lo admiten. Pero sin pretensiones de llevar la cosa demasiado lejos: el socialista Antonio Hernando explicó a la prensa que Podemos y Ciudadanos se habían confirmado "a la cara" que ninguno facilitaría por activa o por pasiva --votando 'sí' o con abstención-- que el otro compartiese plácidamente sillones en un hipotético Consejo de Ministros de Sánchez. En palabras de Hernando, quedó claro que ni "la vía del 130" (los escaños que suman socialistas y C’s) ni "la del 161" (los diputados del PSOE, morados, Compromís e IU) son posibles. Por tanto, para el equipo de Sánchez el único camino que queda por explorar es el de sumar los escaños de esas fuerzas de una u otra forma a los suyos propios.

Esta última opción roza los límites del realismo, pero la dirección del PSOE va a adentrarse en sus entrañas. Tampoco tiene ya demasiado que perder a estas alturas, con una repetición de elecciones en el horizonte y la andaluza Susana Díaz rondando la secretaría general. Se trataría de un triple salto mortal sin red. La 'vía del casi juntos pero no revueltos'. Apurar hasta el minuto de descuento la posibilidad de mantener vivo su pacto con Riveray, al tiempo, fraguar otro "de intersección" con Iglesias. Intentado convencer a unos y a otros de que ambos acuerdos serían compatibles en un "gobierno parlamentario" (monocolor con independientes).

SIN CERRAR LA PUERTA A MESA BILATERAL

Este viernes Podemos valorará la reunión. No lo quiso hacer al término de la misma. Por aquello de que (esta vez) prefería consultar primero con las confluencias. Se presentaron Iglesias y su equipo a la cita con un documento que recoge "cesiones", pero que descaradamente invita a abandonar la pista a Ciudadanos, al hacer una enrevesadísima (y desinflada) mención al derecho a decidir y una osada apuesta por un gobierno de izquierdas donde no caben los de Rivera. 

Desde C’s se apunta que habrá respuesta cortés a la oferta de los morados, pero avisando de que se hace solo por educación y que si no hay rectificación, seguramente no habrá una segunda cita tripartita. El PSOE aspira a más. Sin embargo, no se atrevió Hernando, su portavoz, a garantizar que el análisis que se va a hacer en las próximas horas del documento de Podemos será uno (conjunto de socialistas y Ciudadanos) y no dos. Tampoco quiso cerrar la puerta, pese a que pudo, a que él y sus compañeros terminen abriendo una negociación bilateral con los 'morados' si Rivera se levanta de la partida. Lo que desearían entonces en la sede de Ferraz es que el político catalán no rompa del todo la baraja y se limite a juzgar el resultado final. Y que, como Iglesias, termine por aceptar un 'casi juntos, pero jamás revueltos' que saque a Mariano Rajoy de la Moncloa.