EL PULSO POR LA INVESTIDURA
La encrucijada de Artur Mas
Claves para entender las posibles decisiones del líder convergente en el 'sudoku' soberanista
Fidel Masreal
Periodista
Licenciado en Ciències de la Comunicació por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), curso de periodismo jurídico-político por la UAM - El País, ha ejercido como periodista político en Onda Cero, diari Menorca, Ràdio Barcelona (cadena SER) -donde fue jefe de la sección de Política- y Els Matins de TV3. Desde septiembre del 2008 es redactor en El Periódico, primero como cronista parlamentario en Madrid y en la actualidad especializado política catalana. Autor de "Conviure amb la depressió" (Mina, Eniclopèdia Catalana, 2007), "Game Over: els partits polítics, corrupció i vicis del sistema" (La Mansarda, 2013), "Cuentos Ex" (Magma Editorial, 2019) y "Contes del procés" (Magma, 2019). Colabora como analista en TVE, Catalunya Ràdio, SER Catalunya y RAC-1, entre otros.
FIDEL MASREAL / BARCELONA
Pocos conocen las mieles de la amarga victoria y de la larga travesía del desierto de la oposición como Artur Mas. Primero en el Ayuntamiento de Barcelona y después como sucesor del todopoderoso Jordi Pujol. Ganó dos veces en votos, en el 2003 y el 2006, pero vio cómo el tripartito de izquierdas le impedía acceder a la presidencia. Estos precedentes son clave para entender lo siguiente. En los meses de negociación previos a forjar Junts pel Sí, una cosa quedó clara a los interlocutores del líder convergente: no convocaría elecciones si era para perderlas.
De ahí la insistencia en lograr la coalición con ERC y personalidades independientes, que finalmente logró vencer las resistencias de los republicanos y contó con el apoyo clave de la ANC y Òmnium. Se trataba de lograr un doble dígito de diputados presidido por un 6. Es decir, un mínimo de 60 escaños. Una victoria clara.
Ahora, ante la tesitura inminente de tener que decidir si convoca elecciones de nuevo y si se presenta, una de las claves es esta: convocar elecciones sólo para ganarlas. Por ello la mano derecha de Mas y candidato a las generales, Francesc Homs, ya ha afirmado la voluntad de reeditar Junts pel Sí si finalmente la CUP dice 'no' el 27 de diciembre. Un Homs que no esconde su animadversión hacia los anticapitalistas, a los que este domingo ha vuelto a acusar de falta de coherencia.
En ese caso, Mas afirmó la semana pasada que optaría de nuevo a la reelección. Algo que en cierta medida desmentiría por segunda vez esa promesa formulada el 25 de noviembre del pasado año, en la conferencia del Fórum en Barcelona cara a las elecciones plebiscitarias: "Puedo encabezar la lista, pero también la puedo cerrar, es decir, puedo ser le primero o puedo ser el último".
Para saber si el 'president' sería candidato de nuevo en marzo no solo hay que tener en cuenta su voluntad de no perder o sus promesas de no encabezar las elecciones, sino el factor Esquerra. Si CDC (bajo las siglas Democràcia i Llibertat) obtiene un mal resultado en las elecciones del próximo día 20, a Mas le será mucho más difícil convencer a los republicanos de que acepten de nuevo formar Junts pel Sí y de nuevo con el líder convergente de candidato.
CON O SIN LA CUP
Es cierto que a fecha de hoy, en el Dragon Khan de las negociaciones con la CUP parece que el vaivén ha dado paso a un ritmo propicio al pacto. Pero en CDC y el Govern no solo no se da nada por hecho. No solo es que no fían de los anticapitalistas, sino que hay quien en privado admite que preferiría ya que la CUP dijera que 'no' y ahorrasen así a Mas y a Convergència una legislatura que sería de todo menos plácida y estable. No en vano en Presidència no falta quien piensa a menudo en apoyos como los del socialista Miquel Iceta para la navegación diaria automáticamente después de que la CUP vote, si lo hace, a favor de Mas.
Las posibilidades de que tras un portazo de la CUP Mas dé un paso atrás para evitar nuevas elecciones son cero, según explica él mismo y ratifica casi toda CDC. Sin embargo, en Junts pel Sí no todos afirman lo mismo. En privado y ante la tesitura de una inciertas elecciones de marzo, no falta quien cree que podría ejecutarse el factor personal, el paso atrás del 'president'. Eso sí, decidido y ejecutado única y exclusivamente por un Mas cuya trayectoria vital y familiar tiene también la mente puesta en la pospolítica.
{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Promesas y porcentajes","text":"Fue en el debate de pol\u00edtica general del 2012. Tras anunciar elecciones anticipadas, Mas asegur\u00f3: \"Una vez Catalunya haya alcanzado los objetivos nacionales que el pueblo catal\u00e1n decida, yo no me volver\u00e9 a presentar a unas elecciones a la presidencia de la Generalitat y espero y deseo que estos objetivos se alcancen en la pr\u00f3xima legislatura, mejor en una legislatura que en dos, si es posible\". Una promesa suficientemente ambigua que permiti\u00f3 a Mas la semana pasada en una entrevista en la cadena SER afirmar que si hay\u00a0otras elecciones en marzo \u00e9l podr\u00eda todav\u00eda presentarse. Esa promesa no inclu\u00eda esta eventualidad. Otra de las promesas formales de Mas ha sido, en una conferencia en el 2007 y en el debate de investidura del 2010, no dar pasos adelante en el autogobierno que no gocen de mayor\u00edas reforzadas, superiores al 50% de los votos, para evitar la divisi\u00f3n de Catalunya en dos mitades."}}
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