Los soberanistas

Baños avisa: «El 'procés' seguirá incluso sin mayoría de votos»

El candidato de la CUP deja «en el aire» facilitar la investidura de Mas tras el 27-S

El candidato de la CUP, Antonio Baños, ayer en el foro Primera Plan@ de EL PERIÓDICO.

El candidato de la CUP, Antonio Baños, ayer en el foro Primera Plan@ de EL PERIÓDICO.

JOSE RICO
BARCELONA

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Un candidato a la Presidencia de la Generalitat con traje y corbata (estrecha) disertaba ayer en los jardines de un hotel de nombre tan monárquico como Juan Carlos I y enclavado a los pies del selecto barrio barcelonés de Pedralbes. Recuerden que las apariencias engañan. El aspirante en cuestión se definió como «anarquista», afirmó que quiere emprender una «revolución» contra el capitalismo, se fijó como objetivo cimentar una «república catalana», dijo tener un «plan de desobediencia», alentó a los ciudadanos a «golpear al poder» y apostó por una Catalunya independiente y fuera de la «perversión» de la UE. Antonio Baños, la remozada imagen de la CUP en el Parlament, presentaba sus credenciales como heredero de David Fernàndez.

Es un periodista metido a político, el cóctel más óptimo para escaquearse de las preguntas incómodas. Después de tres cuartos de hora de disquisición sobre las esencias de la «rebelión» independentista, de la que halló vínculos con la antigua Roma, el movimiento de los levellers en la Inglaterra del siglo XVII y las teorías de Christopher Lasch y Ernesto Laclau, luego llegó la pregunta del millón. Esa que le repiten a diario y que puede convertirse en el calvario de la CUP si el día 27 se cumplen las encuestas. ¿Facilitarán la investidura de Artur Mas si depende de sus votos? El  está descartado, pero Baños dejó «en el aire» la posibilidad de una abstención en la segunda votación -en la que Mas solo necesitaría mayoría simple- en función del veredicto de las urnas y de las negociaciones posteriores.

En su prédica dejó entrever cuál sería la condición fundamental: un Govern de concentración que prime la hoja de ruta y en el que no se note mucho la mano de CDC. ¿Aunque lo presida Mas? «Si es para la transición nacional, es irrelevante quién lo presida». Cierto hastío deslizó por tanta insistencia con este debate, que, a su entender, no hace más que el juego a quienes, como el PP y Podemos, sostienen que la aventura hacia Ítaca es una estrategia de Mas para tapar con la estelada los recortes. «En la Meridiana no se gritaba 'Mas, president', se gritaba 'independencia'». Aviso a navegantes frente a tentaciones pactistas con el Estado tras el 27-S.

¿VOTOS Y ESCAÑOS? / La otra pregunta que está martirizando a Baños en esta campaña tiene que ver con las cábalas sobre una mayoría secesionista en escaños pero no en votos, hipótesis plausible según los sondeos. El presidenciable de la CUP siempre se ha manifestado contrario a proclamar la independencia si esta no se sustenta sobre el 50% de las papeletas, un extremo en el que disiente de Junts pel Sí. No obstante, ayer quiso advertir a los no soberanistas de que en ningún caso tendrán motivos para frotarse las manos el 27-S porque el procés seguirá adelante. Eso sí, reconoció que habrá que ralentizarlo y seguir trabajando para convencer a más gente de las bondades de la secesión: «Depende de la fuerza popular que tengas podrás hacer más cosas o menos, pero el proceso ni descarrila ni se para. Solo lo puede parar la gente».

Baños tiene prisa. La hoja de ruta de la CUP se niega a esperar año y medio para romper con España y propone cortar por lo sano: declarar la independencia de manera inmediata y luego buscar el reconocimiento internacional. El orden de los factores, dice, en este caso sí altera el producto: «Si no le decimos primero al mundo que somos un sujeto soberano, no podemos pedir que nos reconozcan. La DUI no tiene que ser reconocida, tiene que ser escuchada».

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