LA ESTRATEGIA DE LOS CONSERVADORES

Rajoy toma el timón del PP y hace leves ajustes en la cúpula

Los periodistas siguen el discurso de Rajoy por televisión.

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PATRICIA MARTÍN / MADRID

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Pese a la gran expectación generada por él mismo, Mariano Rajoy limitó los cambios en el PP a tomar las riendas de la dirección del partido, para coordinar mejor su labor con la del Gobierno. Asimismo, el presidente reforzó la cúpula con nuevas vicesecretarías, aunque sin apartar a la cuestionada María Dolores de Cospedal. Pero nada dijo el jefe del Ejecutivo sobre si prevé remodelar su Gabinete. Y, puesto que él mismo ha dado a entender que los principales cambios tendrían lugar en el partido, la impresión más extendida entre los suyos es que los ajustes serán mínimos.

Rajoy explicó su plan para reactivar el PP en un comité ejecutivo extraordinario convocado precisamente para aprobar los cambios, que anunció prácticamente al final de su intervención, que se emitió, inusualmente, en abierto para los medios de comunicación. En primer lugar, dijo que para que el PP "gane con claridad" las generales él se va a "implicar mucho más" en el partido y va a dirigir las reuniones del comité de dirección, que hasta ahora capitaneaba Cospedal, la secretaria general. Es decir, el presidente se autoenmienda y recupera los llamados maitines, claves en la época de Aznar y que él abandonó --salvo contadas ocasiones-- al llegar a la Moncloa. Era un clamor en el PP la necesidad de que Rajoy o alguien de su confianza participara semanalmente en unas reuniones que sirven, fundamentalmente, para marcar la agenda, fijar los mensajes y coordinar la labor entre el Gobierno y el partido conservador.

LAS CRÍTICAS

La implicación de Rajoy supone de facto rebajar el papel de Cospedal, a la que el presidente llamativamente no mencionó ayer para alabar su trabajo. El líder del PP la mantiene como número dos pese a las críticas internas que ha recibido por haber centrado su trabajo en Castilla-La Mancha --presidencia que no ha logrado retener-- y por su lucha soterrada con la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, que ha perjudicado al PP.

Como contrapoder a Cospedal, Rajoy dejó a otro de sus hombres de confianza, Javier Arenas, en la vicesecretaría de autonomías. Fue el único dirigente de segundo nivel que permanece, puesto que decidió prescindir de Carlos Floriano Esteban González Pons. El primero será portavoz adjunto en el grupo parlamentario popular. Un premio de consolación. El segundo se centrará en la portavocía del Europarlamento. Para sustituirles y asumir dos vicesecretarías más, Rajoy eligió a dirigentes de entre 31 y 45 años, en el único gesto que implica renovación.

Al frente de la comunicación situó a Pablo Casado, portavoz en la última campaña. En el resto de cargos colocó al presidente de la Diputación de ZamoraFernando Martínez Maíllo, que recientemente ha sido desimputado por el 'caso Caja España', a la catalana Andrea Levy y al exalcade de Vitoria Javier Maroto. En el puesto importante, dado que este comité marca el inicio de la precampaña, puso a su jefe de Gabinete, Jorge Moragas.

INSUFLAR ÁNIMOS

En modo electoral, Rajoy intentó insuflar ánimos a los suyos, les pidió "salir más a la calle" para "explicar con humildad" el trabajo para sacar a España de la crisis y les convocó a una conferencia política a mediados de de julio, en la que se marcarán las líneas del programa. Les pidió "colaboración" y que se dejen de luchas intestinas en congresos territoriales antes de las generales, en un mensaje claramente dirigido a Esperanza Aguirre, que no acudió a la cita. La líder del PP de Madrid ha ofrecido esta semana retirarse si le dejan organizar un cónclave urgente, un ofrecimiento que, a todas luces, no convence a Rajoy.

El presidente reconoció, además, como causas de la debacle electoral, que los españoles se sienten "defraudados" por los recortes y por la corrupción. Rajoy fue mucho más claro que en anteriores ocasiones al admitir que esta última lacra les ha hecho pagar un "precio altísimo", pero no avanzó nuevas medidas para frenarla. Asimismo, estableció cuál será, salvo sorpresas, la estrategia en las próximas semanas: atacar al PSOE por su 'matrimonio' con Podemos y situarle en la "frivolidad, la marginalidad y el extremismo".

El jefe del Ejecutivo se comprometió además a presentar los presupuestos, lo que indica que no adelantará las elecciones.