«Al paso que vamos, el proceso acabará mal»

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NEUS TOMÀS /GEMMA ROBLES
MADRID

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-Dos años de la victoria del PP.  ¿Esta es su peor legislatura en Madrid?

-Bueno, yo viví los años de mayoría absoluta de PSOE, pero evidentemente en la medida en que entonces no había esta confrontación que hay hoy entre Catalunya y España esta es la peor legislatura sin duda alguna. La peor en la medida en la que hay un Gobierno que usa y abusa de su mayoría absoluta y que se cierra, hasta la fecha al menos, a cualquier cuestión positiva hacia Catalunya.

-Más allá de saludarse, ¿Mariano Rajoy y Artur Mas dialogan? 

-Los contenidos del diálogo entre Mas y Rajoy son públicos, por tanto, lo que se ha dicho es lo que hay. No existe ningún diálogo oculto. Siempre habrá alguna cuestión en una conversación privada que dos dirigentes políticos comenten y después no tengan interés en proyectar a la opinión publica, pero eso es una excepción. Insisto en que el diálogo que se refleja o los contenidos de ese diálogo son los que hay. No hay más.

-¿Y usted y Junqueras hablan?

-No. Junqueras y yo… no. No he hablado nunca en serio y profundamente con él. Gente de mi partido sí, pero yo no. También es cierto que él está en el Parlamento catalán y yo aquí en el Congreso y eso lo dificulta. Teníamos previsto en una ocasión vernos y lo suspendimos.

-¿No es un error que ustedes dos no hablen?

-Sí. Lo es y yo tengo el 50% de responsabilidad en ese error.

-Pero es solucionable. ¿O no lo es?

-Sí claro. Es solucionable y de hecho a través de distintas personas tanto de ERC como de Unió le he hecho llegar la necesidad de que pudiéramos vernos.

-¿Cómo se le quedó el cuerpo cuando escuchó al líder de ERC especulando con una huelga general?

-Me quedé de pasta de boniato. Un despropósito. No se puede ni tan siquiera insinuar, porque creo que no formuló expresamente lo de la huelga general sino que jugó con el concepto, pero no se puede jugar con esos conceptos y menos en Bruselas. Desde que se inició este proceso es el peor favor que ha hecho a su propia causa, a la independentista. Pero ya está bien que Junqueras diga lo que piensa, para que se vea realmente lo que hay detrás de ERC. Porque hemos vivido y todavía vivimos en el espejismo de que la ERC de hoy es distinta de la del tripartito en cuanto a lo que es concepción de gobierno y a capacidad de gobernar. Pero es la misma.

-Será la misma del tripartito, pero ustedes les han invitado a entrar en su gobierno.

-Sí, sí, pero es que no tenemos mayoría. Hemos invitado también al PSC y tampoco ha querido entrar. Las circunstancias son las que son. Cuando uno no tiene mayoría absoluta necesita un apoyo parlamentario lo más estable posible. Y lo más estable es formando parte del Gobierno. El hecho de que ERC lo rechace es otra muestra de que no deja ser esa ERC.

-¿Dónde se siente usted más incomprendido ahora, en Madrid o en Barcelona? Si es que se siente así...

-Sí, sí, claro que me siento incomprendido. Me pegan en ambos lados. Aquí en Madrid me llaman en ocasiones 'hijo de puta, catalanista o cerdo independentista' por la calle. Y en Catalunya no me dicen eso, pero incomprensión política respecto a mi posición hay aquí y la hay en Catalunya . ¿Dónde me siento más incomprendido? Me siento más incomprendido todavía en España, y digo todavía porque no sé si con el transcurso del tiempo puede modificarse esa percepción.

-Hace poco dijo que veía señales en el Gobierno que le hacen pensar que algo se podría mover. ¿Puede aclarar a qué señales se refiere porque no las ve nadie más que usted?

-¿Solo yo?

-¿Tiene algún indicio serio de que pueda haber pronto algún cambio?

-No lo tengo, pero hay que intentarlo. Diálogo, diálogo, diálogo y diálogo y si falla hoy volver a intentarlo hasta el último momento. Pero el último momento se acerca. Hasta el momento antes de convocar esa consulta hay tiempo para el diálogo.

-La tercera vía que cita hoy por hoy no es más que un artículo suyo en La Vanguardia...

-El artículo no se titulaba la tercera vía. Se titulaba Ahora consulta.¿Después...? La tercera vía es una propuesta política pero que no depende de Catalunya, está en manos del Estado. Catalunya ya ha hecho su propuesta. Para que la tercera vía pueda consolidarse, es el Estado quien debe hacer la suya. Por tanto es algo más que un artículo periodístico, es una reflexión sobre la necesidad de ir todos juntos a la consulta y a partir de ahí reitero solo es posible en la medida que venga del Estado. Que no se confundan, no estamos solo ante el problema catalán, estamos ante un problema de España.

-Vamos a la consulta. ¿Está dispuesto a que el concepto independencia aparezca en la pregunta?

-Este no es un debate que deba hacerse ahora en público. Las fuerzas que estamos comprometidas con el derecho a decidir tenemos la obligación de ponernos de acuerdo en una pregunta que sea útil para cada una de ellas y que a la vez dé una respuesta a lo que la ciudadanía de Catalunya espera. Yo lo que defiendo es que la pregunta debe ser cómoda para ICV, para ERC, para Convergència y para Unió. Y ojalá lo fuera también para los socialistas, aunque hemos visto su voluntad de distanciarse de este proceso, lo cual lamento porque he sido uno de los primeros defensores y lo he practicado del dialogo con ellos y siento que ahora estén en esa actitud.

-Pero además de cómoda tendría que ser clara para que al día siguiente sepamos qué se ha votado.

-Evidentemente, el contenido debe ser claro y no puede ser una encuesta.

-La tesis del Gobierno es que lo mejor es ganar tiempo, algo a lo que Rajoy es aficionado, porque la economía se irá recuperando y será más fácil abordar  este conflicto.

-Ya se lo dije en la sesión de control a Rajoy: el tiempo no resuelve las cosas y en algunos casos las empeora. Y este es uno de esos casos en que el asunto empeora en la medida en que lo dejas pasar. El tiempo no va a resolver el problema catalán. Que la mejora de la economía puede que desinfle a una parte de la movilización o de los que hoy son una parte… puede ser. Sí, una parte, pero que no se engañe el Gobierno, hay algo mucho más profundo que la pura afectación de la crisis, por tanto la salida de la crisis no ayudará a resolver el problema catalán.

-¿Se atreve a pronosticar cómo acabará este proceso?

-Al paso que vamos creo que acabará mal. No pienso que podamos tener la independencia y en España son muy reacios a un cambio profundo de nuestro statu quo actual. Igual habrá que volver a la resistencia  económica y cultural como se hizo en los años 60, 70 y 80. De todos modos tenemos que intentar hasta el último segundo que no sea así. Quiero que quede claro que no quiero robar a nadie la esperanza, pero tampoco mentir ante la compleja realidad.

-Entonces, habrá servido de poco...

-No, habrá servido para concienciar a muchas personas de que las cosas no pueden continuar igual. España como Estado no puede vivir permanentemente dando la espalda a más de tres millones de catalanes que no se sienten identificados con él y que representan a un territorio que es el 19% del PIB. H