Una rareza en Catalunya

Una rareza en Catalunya

Una rareza en Catalunya / periodico

RAFA JULVE / Barcelona

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La División Azul, nombre oficioso que el ministro de la Falange José Luis de Arrese le dio a la División Española de Voluntarios, nunca tuvo en Catalunya un batallón de seguidores. Desde octubre de 1941 hasta octubre de 1943, cuando Franco envió esta unidad al frente ruso para reforzar al Ejército nazi, Catalunya y Euskadi fueron las únicas zonas de España en las que no se cubrían los cupos necesarios de combatientes. "Aquí siempre hubo problemas de reclutamiento", explica el historiador Xavier Moreno Julià. No es de extrañar por tanto que, como afirma este especialista, las hermandades más relevantes que aún rinden tributo a aquellos 45.500 soldados están radicadas en Madrid y Alicante, mientras que en Catalunya solo hay un reducto de nostálgicos que se comunican entre ellos y con los simpatizantes de otras comunidades a través, sobre todo, de internet.

El profesor Moreno Julià lleva 20 años estudiando a la División Azul "desde una visión crítica, no hagiográfica". Autor del libro de referencia 'La División Azul. Sangre española en Rusia', se apresta a diferenciar entre "divisionarios" y "divisionistas". Los primeros son los que fueron a la guerra y, por razones de edad, ya quedan muy pocos (en el frente solo perdieron la vida unos 5.000). Los segundos son familiares de aquellos o personas interesadas en su causa que se dedican a recopilar información y material, hacerles homenajes y organizar recreaciones de sus batallas con el uniforme gris de la Wehrmacht. Las redes sociales, los blogs y los foros on line les sirven de plataforma para difundir y organizar sus actuaciones. Y también para que ciertos elementos lancen toda la caballería contra el independentismo catalán y vasco y hagan apología de la ultraderecha.

Atuendos de la Falange

Algunos de estos grupos gustan de vestir en las celebraciones los atuendos de la Falange. Fue el caso de la Hermandad de Combatientes de la División Azul en el acto de la Guardia Civil. Sin embargo, esta entidad -que recibió en diciembre 3.579 euros del Gobierno central en concepto de subvención al área de atención a personas mayores- no representa la ideología de todos los que acabaron en la unidad, ni mucho menos de la de parte de los cerca de 5.000 combatientes que, según los cálculos de Moreno Julià, fueron reclutados en Catalunya.

"La idea surgió de los falangistas pero la mediatizó el Ejército. La División Azul se convirtió en la División Caqui", explica el profesor, que recuerda que no todos los alistados eran fascistas. No eran mayoritarios, pero había desafectos al franquismo obligados a ir al frente a cambio de un indulto; se sacó a gente de la cárcel para enviarla porque escaseaban los voluntarios; otros lo hacían por dinero, para ganar dos veces más que un obrero...

Poco que ver con quienes ahora, 70 años después, aprovechan aquello para alzar el brazo.