MUNICIPALES CATALUNYA

Con piel de cordero

Imagen de archivo donde, a la izquierda, se ve Juan Carlos del Río, en aquel entonces alcaldable del PP en L'Hospitalet junto con Xavier García Albiol, candidato popular en Badalona.

Imagen de archivo donde, a la izquierda, se ve Juan Carlos del Río, en aquel entonces alcaldable del PP en L'Hospitalet junto con Xavier García Albiol, candidato popular en Badalona.

TONI SUST

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Mariano Rajoy es un gran invitado potencial para hacer de relleno en una fiesta. No se indispone con casi nadie y es capaz de amoldarse a las circunstancias sin excesivos miramientos. Como líder del PP, ha demostrado una capacidad sorprendente para pasar por encima de situaciones complejas, incluso de-

sagradables, algunas presuntamente ilegales, que afectan a sus subordinados. Si hay que tragarse un sapo, sin perder la compostura, pero evitando en lo posible las situaciones incómodas. En apenas 72 horas, ha demostrado sus dotes de camaleón. El lunes, en Palma, felicitó efusivamente al candidato popular a la presidencia de Baleares, José Ramón Bauzá, por limpiar de imputados las candidaturas de su comunidad. Y el martes se echó en brazos de un imputado por cohecho, Francisco Camps, a quien le expresó su «amistad sincera» y su «apoyo».

Ayer viajó a Barcelona para mostrar su respaldo a Alicia Sánchez-Camacho y Alberto Fernández Díaz. Y la campaña del PPC, quizá una de las más duras que haya hecho -sobre todo a la vista de que Xavier García Albiol se impone como ejemplo de éxito: fue citado por el líder y se levantó a saludar-, se tornó suave. La retranca le arrebató el espacio a las vísceras y Rajoy acusó al PSOE de practicar discursos distintos en distintos lugares. Sabe de qué habla. En definitiva, el PP catalán, esta vez sí, se centró. Nadie acusó a los inmigrantes de traer enfermedades ni prometió asegurarse de que los españoles reciban ayudas antes que los foráneos.

PLAZAS FUERTES/ Si Rajoy es un amante de la tierra de nadie, el PPC le ayudó a evitar el campo de batalla. Los populares eligieron L'Hospitalet, donde no tienen nada que hacer el 22-M. Y así descartaron los dos escenarios en los que han concentrado su artillería, Barcelona y Badalona. En la capital catalana, Fernández Díaz parece llamado a ser decisivo para la elección del futuro alcalde. Nunca antes su partido ha tenido esa oportunidad, que por lógica y aritmética llevaría a pactar con CiU. En Badalona, García Albiol roza el empate con el PSC y disfruta de una campaña que poco difiere de su día a día en la ciudad en las últimas décadas y que se estructura a partir de prometer mano dura con los extranjeros en situación ilegal y explotar el descontento de la población que un día también fue inmigrante.

Rajoy no hizo alusión a la inmigración, ni una palabra sobre un tema que con tanta estridencia agitan los conservadores catalanes. Como siempre últimamente en Catalunya, y son bastantes las visitas recientes, el presidente del PP hizo un discurso de perfil bajo, con críticas al PSOE y alabanzas a la gestión de Sánchez-Camacho. Cita, de nuevo, de los elogios de Cervantes a la ciudad y adiós.

Antes que su jefe de filas, hablaron Fernández Díaz y Sánchez-Camacho. El candidato volvió a denunciar intimidaciones contra miembros de su partido que repartían propaganda el martes. Pidió más policías, definió a Barcelona como «la capital de Catalunya, una gran capital de España», y defendió el bilingüismo. Reclamó que se deje atrás la etapa de Jordi Hereu y que se evite una mayoría nacionalista. Citó a Joan Laporta, a la amenaza de que sea concejal, y los abucheos desbordaron el polideportivo Hospitalet Nord. La presidenta del PPC empezó jaleando a España y luego dedicó su discurso a la crisis y a criticar la gestión de los socialistas en España, en Barcelona y donde la haya. Hizo un par de menciones a la inmigración. Una para decir que la quiere «ordenada» y otra para culpar al PSOE y a CiU de facilitar que los extranjeros vean legalizada su situación por la vía del arraigo. Pero todo propio de una campañalight.

AYUDAS PARA LOS ESPAÑOLES / Porque por la mañana, en la verdadera campaña, Sánchez-Camacho se fue con García Albiol a pasear por el barrio de la Salut, en Badalona, donde, aunque parezca increíble, elogió la «campaña en positivo y de soluciones» del alcaldable. Este, en su línea, subrayó que la noche anterior alguien había quemado dos coches en el barrio de Montigalà y cinco motos en el de Lloreda. Un joven se acercó a la presidenta del PPC: «A ver si es verdad que las ayudas son primero para los españoles». Ella sonrió y no dudó en complacer al ciudadano: «Nos hemos comprometido».