El relevo de Corbacho

Núria Marín será la primera alcaldesa de L'Hospitalet

El alcalde de Santa Coloma, Bartomeu Muñoz, se perfila para presidir la diputación

XAVIER ADELL
L'HOSPITALET

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Núria Marín se convertirá mañana en la primera alcaldesa de L'Hospitalet. La actual primera teniente de alcalde y responsable del área de Planificación, Coordinación y Economía sustituirá en el cargo a Celestino Corbacho, alcalde de la ciudad desde 1994 y concejal desde los primeros comicios democráticos de 1979. La marcha de Corbacho también deja vacante el sillón de presidente de la Diputación de Barcelona, cuyo nuevo inquilino se conocerá también mañana, aunque fuentes del PSC dieron por hecho que este será el alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz.

La entrada de Marín en el Gobierno municipal es casi pareja al ascenso de Corbacho a la alcaldía. Entró en las listas municipales del PSC en 1995, los primeros comicios en los que el próximo ministro de Trabajo e Inmigración fue elegido alcalde. No obstante, Corbacho ya había empezado a dirigir el municipio un año antes, después de que el anterior primer edil --el primero de la democracia--, Juan Ignacio Pujana, dimitiera acusado de corrupción.

La elección de Marín como alcaldesa está asegurada porque el PSC dispone de una cómoda mayoría absoluta, con 17 de los 27 concejales. De hecho, L'Hospitalet es uno de los irreductibles baluartes socialistas, donde Corbacho siempre ha gobernado con mayorías apabullantes. Pese a ello, en los últimos dos mandatos ha integrado en el equipo de gobierno a los ediles de ICV-EUiA.

CAMBIO RADICAL

Corbacho deja a su sucesora una ciudad muy diferente a la que heredó de Pujana. En 14 años, la segunda ciudad de Catalunya se ha sacudido de encima todos sus complejos suburbiales y se ha convertido en un referente por su moderno desarrollo urbanístico. Proyectos del calado de la cobertura de la Gran Vía o la Ciutat de la Justícia son el escaparate de un cambio también palpable en los barrios.

El todavía alcalde deja pendientes proyectos vitales como la cobertura de las vías de Renfe, la prolongación del soterramiento de la Gran Vía o la Porta Nord. Pero la alcaldesa también tendrá que hacer frente a la nueva situación demográfica, consecuencia de la masiva llegada de inmigrantes que en algunas barriadas suponen el 35% de la población.