Zapatero cede a la ONU el testigo de la Alianza de Civilizaciones

IDOYA NOAIN / NOVA YORK

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Como un padre que ve a su hijo independizarse, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, asistió ayer en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York a lo que definió como el "bautizo definitivo" de la Alianza de Civilizaciones, un proyecto que España y Turquía pusieron en marcha en el 2004 y que, en palabras de Zapatero, "es ahora un proyecto de la ONU". Con una discusión informal en la Asamblea General sobre el informe elaborado por el Grupo de Alto Nivel y presentado por el secretario general saliente de la ONU, Kofi Annan, la Alianza entra en una nueva etapa. Y tras una reunión con Ban Ki-moon, que sucederá en enero a Annan, Zapatero aseguró este "ha dado un respaldo importante" a la iniciativa.

Uno de los principales impulsos que podría recibir --y un rumor constante en la ONU-- es la posibilidad de que Annan fuera el alto representante en esta iniciativa, un cargo que se decidirá en uno o dos meses. Sin embargo, es una opción que parece cada vez más lejana. Ayer, el portavoz de la ONU, Stephane Duyarric, aseguró en una rueda de prensa que Annan no tomará ninguna decisión sobre su futuro a corto plazo. Y el propio secretario general, en una intervención con motivo del concierto en su honor que ofreció la orquesta plurinacional Divan dirigida por Daniel Barenboim, pareció confirmar esta idea.

"Siempre he tenido ligeras dudas sobre la expresión Alianza de Civilizaciones. ... No creo que en el siglo XXI la humanidad se divida realmente en civilizaciones separadas. Creo que hoy, para bien o para mal, todos vivimos en una civilización", decía el discurso de Annan, adelantado a la prensa antes del concierto. Zapatero, al ser cuestionado sobre esas dudas, les restó importancia, y habló de la oportunidad y necesidad de "acercar culturas".

PRIMER CONTACTO

Para el presidente, la visita y el primer encuentro con Ki-moon han planteado "una oportunidad para subrayar el compromiso del Gobierno español con la ONU". Asimismo, la reunión le ha permitido hablar con el nuevo secretario general de la reforma del sistema de la organización.

Otro de los ejes del viaje fue la firma del acuerdo con el Plan de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por el que España crea un fondo al que aportará en los próximos años 528 millones de euros a la consecución de los objetivos del milenio. Zapatero desvinculó esa contribución de intereses políticos a los que apuntaron días antes fuentes diplomáticas, como conseguir más representación en órganos rectores y puestos directivos de la ONU. Asimismo, aseguró que la ayuda al desarrollo no está relacionada "ni po-

lítica, ni conceptual, ni intelectual ni éticamente" con los intentos de frenar la inmigración ilegal en sus países de origen.

Zapatero identificó el fondo como un ejemplo "de la visión de política exterior y del mundo" de su Administración y anunció que "a tenor de cómo va la economía de España", afortunadamente, va a tener que "ir incrementando de manera sustancial la ayuda al desarrollo".