Financiación autonómica

El PP de Euskadi defiende las ”virtudes” del cupo vasco frente al catalán: solo tiene “riesgo unilateral” y es “solidario” con el resto de España

Javier de Andrés advierte del peligro del dumping fiscal de los de verdad que entraña un eventual cupo catalán que dependa de porcentajes de recaudación

Alberto Nuñez Feijóo junto al presidente del PP vasco, Javier de Andrés, durante la campaña electoral de 2023.

Alberto Nuñez Feijóo junto al presidente del PP vasco, Javier de Andrés, durante la campaña electoral de 2023. / / Carlos González

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El presidente del PP vasco, Javier de Andrés, ha defendido esta mañana las "virtudes" del concierto vasco frente al modelo catalán que se ha pactado entre ERC y PSC para lograr la investidura de Salvador Illa. No hay contradicción en que el mismo partido, el PP, defienda un sistema en una comunidad autónoma pero no en otra, entiende el dirigente vasco, y lo ha argumentado basándose en tres elementos que considera fundamentales, en su repercusión en el resto de los territorios españoles por su escasa "solidaridad" y porque el modelo propuesto para Cataluña cree que puede, además, favorecer el "dumping fiscal".

Al PP se le ha cuestionado en muchas ocasiones por defender un concierto económico en País Vasco y Navarra y negarse siempre a negociar algo similar en Cataluña. En el ámbito popular se escudan en la constitucionalidad del primero para respaldar esta dicotomía, pero el argumento económico suele tener especial peso para defender cómo afectaría al conjunto de España la aplicación de un modelo similar en Cataluña, básicamente, porque el PIB sitúa a Euskadi como quinta economía nacional mientras que la catalana es la segunda.

Tres virtudes

De Andrés no ha hecho referencia a esta última cuestión, pero sí ha utilizado como primer argumento que el concierto vasco está avalado por la Constitución, "que no es un tema menor", está dentro de los acuerdos de "todos los españoles" respaldaron al pactar la carta magna.

La segunda es que es un sistema que tiene un "riesgo unilateral por parte de los vascos y los navarros". Y lo explica diciendo que en Euskadi están "obligados a poner lo que dice el Estado": "No un porcentaje o lo que nos da la gana, como dice ahora Junts (...). Si gestionamos mal, vamos a tener dificultades para pagar lo que nos exigen". Esto se traduce en que solo "puede ser un privilegio si se hace bien (la gestión por parte del Gobierno vasco), pero una desventaja si lo hace mal". Y el dirigente popular considera que "el declive del País Vasco, cada vez con menos peso económico y financiero en el conjunto de España" puede poner de manifiesto ese riesgo.

La tercera "virtud" del cupo vasco, según De Andrés, es que está "contrastado por los tribunales europeos", es un modelo avalado por las instituciones comunitarias que "con la sentencia de las Azores" reconoce que es un sistema "equilibrado que tiene sentido dentro del conjunto de España y de Europa".

Riesgo de dumping fiscal

De estas tres cuestiones "carece" el modelo catalán, ha añadido, insistiendo en que "lo más preocupante" es que "no tiene un riesgo unilateral", porque "tal y como lo están contando parece que sería un porcentaje de lo que recauden". Aquí es donde el presidente de los populares vasco cree que llega el peligro de competencia desleal entre comunidades. "¿Si no recaudan nada, no ponen nada? ¿Qué es esto? ¿El premio por recaudar bien cuál es? Ahí es donde puede haber un problema de dumping fiscal de los de verdad. Recaudo menos, los míos van a tener que pagar menos, van a ser más competitivos y voy a tener una oportunidad empresarial que no tendría en otra situación. Es rompe con la vía constitucional y europea".

Frente a lo que se conoce del modelo catalán, que según De Andrés "se ha montado" solo para "sacar provecho particular para Cataluña", el concierto vasco tiene un recorrido de "150 años de historia" en los que "ha respondido al sistema de solidaridad" con el resto de España.

Otro elemento en defensa del cupo vasco frente al catalán es que el primero "se calcula" pero no es una "negociación a cambio de algo", y en Cataluña, según De Andrés, "aspiran a una fórmula para presionar cada vez que los socialistas necesiten sus votos". Otro ejemplo, dice, de que no está "en sintonía con el modelo constitucional".