PSC, Junts, ERC, Comuns y CUP se comprometen a sancionar los discursos de odio pese a no incluirlo en la reforma del reglamento

El PSC, Junts, ERC, Comuns y la CUP han renovado este miércoles el compromiso para aislar a la ultraderecha del Parlament, como ya avanzó EL PERIÓDICO. Lo han hecho a través de la firma de un acuerdo que revalida el que se fijó en la pasada legislatura, cuando Vox entró en la Cámara por primera vez. En este nuevo mandato, la irrupción del partido de extrema derecha independentista, Aliança Catalana, ha obligado a los cinco partidos firmantes a ampliar ese cordón sanitario también con esta segunda formación.

Este nuevo pacto, apoyado por una amplia mayoría del hemiciclo -107 diputados de 135-, sigue las mismas líneas de actuación que el anterior y añade el compromiso de reformar el reglamento del hemiciclo para que prevea "sanciones en caso de no firmarse el compromiso contra la discriminación y el abuso". Esta cuestión se intentó abordar en la pasada legislatura a través de una propuesta de reforma del reglamento del hemiciclo por parte de ERC y CUP, que no llegó a ver la luz por el adelanto electoral.

Pese a que los cinco partidos firmantes tenían la oportunidad de añadir esta regulación contra los discursos de odio en la modificación de la norma que pactaron al hace unas semanas y que se aprobará definitivamente el próximo 25 de julio, la propuesta presentada no recoge ningún cambio en ese sentido. "Tenemos que trabajar y estar vigilando que se pueda trabajar en la reforma del reglamento, que es donde toca", ha defendido la diputada de ERC, Najat Driouech, durante la presentación del pacto.

El cordón sanitario que se aplicó la pasada legislatura sirvió para dejar a Vox sin ningún cargo en el Parlament -ni en la Mesa ni en las comisiones- y sin la posibilidad de poder designar ningún senador autonómico, algo que ya se ha cumplido en el actual mandato. Este mismo miércoles se han pactado los altos cargos de las comisiones sin presencia de Vox ni Aliança, y el lunes se acordó la asignación de representantes en la Cámara Alta, que tampoco contará con la presencia de la ultraderecha.

También se limitó mucho la capacidad legislativa de Vox, que a pesar de ser entonces cuarta fuerza -ahora es la quinta-, la junta de portavoces nunca incluyó sus proposiciones de ley en el orden del día de la junta de portavoces, por lo que ninguna de ellas se pudo llegar a debatirse en el pleno. Sí pudieron presentar, sin embargo, mociones y propuestas de resolución.

Nueva extrema derecha independentista

Durante la rueda de prensa, ERC y los Comuns también han querido dejar claro que no harán distinciones entre Vox y Aliança Catalana. “A la extrema derecha, ni agua, ni en castellano, ni en catalán”, ha afirmado el diputado de los Comuns Andrés García Berro, al mismo tiempo que Driouech ha avisado de que no van a permitir que el partido liderado por Sílvia Orriols “tape su racismo” con la ‘senyera’. 

Finalmente, desde la CUP, la diputada Laure Vega, ha lanzado un mensaje velado contra Junts, al quejarse de que la extrema derecha “arrastra” y “derechiza” los discursos del resto de grupos. “Por esto es interesante que todos estos grupos nos pongamos de acuerdo para no dar margen a este tipo de políticas”, ha proseguido, a pesar de no interpelar directamente a los posconvergentes, a los que en más de una ocasión se les ha echado en cara un cierto flirteo con Aliança.