Opinión |
Independentismo
Albert Soler

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Periodista

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Una Diada particular

Es una suerte que la ANC se haya desmarcado de la Diada oficial, ya que entonces el de la voz sensual habría sido Lluís Llach, y el fracaso estaría asegurado

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Lluís Llach en la sede de la ANC.

Lluís Llach en la sede de la ANC. / FERRAN NADEU

Que los tiempos están cambiando se nota en que el anuncio oficial de la Diada ha abandonado la épica para instalarse en la sensualidad. Cuando lo escuché por vez primera por la radio, lo tomé por el anuncio de un gel de baño, y supuse que en su versión televisiva saldría una señorita untándose voluptuosamente un jabón cuatribarrado, con la espuma ocultando las zonas erógenas, que hay niños viendo la tele. Como el añejo spot de Fa que turbó a una generación, pero sonando 'Els Segadors' en lugar del 'Stay' de Jackson Browne.

Se diría que, de forma subliminal, el nuevo 'governet' nos está diciendo que apuesta por el sexo cada noche en lugar de por el helado de postre cada día, como el anterior, lo cual es una buena razón para acudir a manifestarse, tal vez la única decente. El helado de postre está bien para niños y ancianos, pero a algunos se nos debe prometer algo más si nos quieren tras una pancarta. Capaz soy de variar este año mi costumbre de pasar la Diada en la playa e ir a pisar las calles, a ver si hay suerte. Ignoro, de momento, quién es la señorita de voz melosa que nos anima a salir mañana a reivindicar quién sabe qué, más parece Jane Birkin susurrando 'Je t’aime, moi non plus', que una funcionaria instándonos a celebrar una jornada patriótica. Y bien está que así sea, siempre he pensado que la mejor forma de homenajear a la bandera y a la patria es la que se marcó Mastroianni en 'Una jornada particular': vayan ustedes a gritar al paso de los estandartes, que yo me quedo en casa con la vecina, no digamos si encima la vecina es Sofia Loren. O lo que es lo mismo: ande yo caliente, y desfile la gente.

Por eso es una suerte que la ANC se haya desmarcado de la Diada oficial, ya que entonces el de la voz sensual habría sido Lluís Llach, y el fracaso estaría asegurado. Por contra, las playas estarían llenas, eso sí, por lo que tal vez no sería mala idea que para alargar un poco la temporada en la costa, el llorica de Verges fuese quien nos llama a manifestarnos mañana. El gremio de hostelería lo agradecería.

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