Opinión | Comentario bursátil

Eduardo López Alonso

La bolsa y la vida. Un informe de Draghi que no sorprende y que insta a soluciones heterodoxas

El Ibex termina la sesión con un alza del 0,89% hasta los 11.272,80 puntos*

Archivo - Fachada del Palacio de la Bolsa de Madrid, en Madrid (España)

Archivo - Fachada del Palacio de la Bolsa de Madrid, en Madrid (España) / Marta Fernández Jara - Europa Press - Archivo

El Ibex 35 cerró este 9 de septiembre de 2024 con la mejor sesión del mes hasta el momento y con la cota de los 11.300 puntos y los máximos en el objetivo inversor. La renta variable española sube por el impulso de Wall Street. El rebote de este lunes, del 0,89%, llega después de recortes anteriores motivados por la debilidad estadounidense. Los bancos e Iberdrola fueron protagonistas. Llega esta sesión de recuperación en un entorno de indicadores macroeconómicos dignos de análisis. 

La situación económica de Europa es amenazante. Para una vez que España va mejor que la media europea en términos de crecimiento y control de la inflación resulta que las sombras colectivas son tan sumamente serias que requieren medidas expeditivas. Una vez más se destapan las bobadas neoliberales y sus corsés. El evidente tortazo del sector industrial europeo y más concretamente del sector del automóvil hace necesarias medidas expeditivas, al nivel de lo que requirió el sector bancario en la crisis del 2008 o incluso más. 

El exprimer ministro italiano Mario Draghi (presidente del Banco Central Europeo entre 2011 y 2019) advirtió este lunes de que la Unión Europea necesitará un aumento "masivo" de las inversiones para digitalizar y descarbonizar la economía y aumentar su capacidad de defensa, lo que supondrá un esfuerzo de 800.000 millones al año --unos cinco puntos porcentuales del PIB--, si quiere mantener su competitividad frente a China o Estados Unidos.

El sector del automóvil no va a ninguna parte con precios de venta al público disparados y cambio tecnológico en danza. Las pifias del grupo Stellantis (el motor Pure Tech y su correa húmeda defectuosa), el pufo de las emisiones de Volkswagen o los futuros inciertos de marcas históricas han erosionado confianzas del consumidor en momentos en los que la industria china y coreana es capaz de ofrecer alternativas más baratas y de creciente calidad. 

El informe de Draghi sobre las necesidades de la industria europea no sorprende a nadie, pero enciende todas las llamas. Evidencia una vez más que la cantinela de la deuda, esa que alarma injustificadamente sobre el alza de ese indicador, es una patraña de enjundia en momentos en los que es necesario dar un giro económico. La deuda pública debe emplearse siempre para eliminar injusticias sociales, pero solo se reivindica abiertamente por parte de los reguladores para cubrir las espaldas de la industria ineficiente o de entidades financieras mal gestionadas. Sorprende más todavía que Draghi reclame ahora medidas urgentes en forma de endeudamiento o generación de dinero como si fuera adalid de la teoría monetaria moderna (que recuerda que el dinero es solo un instrumento del Estado y no un bien, y que la deuda pública no tiene nada que ver con la deuda de las empresas o de las personas).

Las bolsas siguen atentas a los informes, especialmente si estos conllevan inversiones. Mientras, los economistas heterodoxos comprueban cada día aquello que reivindican hace años para la política económica. Muchos dogmas no han servido en el pasado más que para afianzar privilegios y vetar políticas redistributivas. Está claro que las deudas del Estado se refinancian o se condonan; que las inversiones del Estado son las que generan a medio y largo plazo más avances en el bienestar que la iniciativa privada, por no requerir retornos de inversión rápidos; Y que las reconversiones industriales requieren ajustes y adaptación a las necesidades de los consumidores. E inversión pública.

*Este comentario de la evolución de la bolsa a corto plazo pretende combinar los datos del balance de la sesión con opiniones de quien escribe y otras de analistas. En la renta variable influyen múltiples factores que configuran lo que los expertos definen como tendencia previsible, en continuo cambio y cuyo análisis debe ser holístico, global, crítico y multidisciplinar. Pero no dejan de ser opiniones.