Opinión | La guerra de Israel y Hamás

Rafael Vilasanjuan

Hablan los espías

Los jefes de la CIA, Bill Burns y del M16 británico han aparecido juntos en público por primera vez en la historia, una manera de presionar a Netanyahu para que acepte un alto el fuego en Palestina

Binyamín Netanyahu.

Binyamín Netanyahu. / Europa Press

La coincidencia no es menor. Los jefes de la CIA, Bill Burns y del M16 británico, Richard Moore, han aparecido juntos en público por primera vez en la historia de estas dos agencias de espionaje. Sobre el papel nada nuevo, el otoño seguirá caliente: continuará la guerra en Ucrania, seguirá Rusia amenazante, Irán desafiante y China jugará entremedio para afianzar su ascenso. Pero donde más detalle han soltado es en la implicación para conseguir un alto el fuego en Gaza. Los espías no son diplomáticos que transmiten información, se rigen por la regla de recabar inteligencia y utilizarla estratégicamente cuando convenga, incluyendo si hace falta el chantaje. Por eso debemos preguntarnos no tanto qué han dicho sino qué debemos interpretar. 

¿Estamos cerca? Anuncian un nuevo redactado para conseguir un alto el fuego en Palestina. Se busca, se quiere. Nos cuentan que el acuerdo de agosto lo rompió Israel. Antes de pactar el retorno de los rehenes a cambio de parar los bombardeos sobre la franja, Netanyahu exige controlar la frontera con Egipto, algo que cierra todas las posibilidades de acuerdo. Por eso ahora los jefes del espionaje hablan de una nueva propuesta en los próximos días. Hasta aquí la información. La interpretación, no obstante, es que si hemos llegado en público al detalle de todo esto es porque empieza a cundir el sentimiento de que no va a haber un alto el fuego a no ser que aumente la presión interna en Israel. Benjamín Netanyahu no quiere parar esta ofensiva, los ultraortodoxos que le apoyan tampoco. Todos ellos saben que sobrevivirán en el poder mientras dure la guerra. Esa es su estrategia. Los jefes de las agencias dicen que un acuerdo es imposible sin generar alguna esperanza para el día después en ambos lados, aunque hoy por hoy quien menos esperanza tiene son los palestinos. Por eso hay que interpretar que sus palabras se dirigen a continuar la presión a un Netanyahu que ya ha visto en la calle a miles de israelís que no están de acuerdo con su guerra. A ellos apelan los espías, aunque no lo digan.

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