Opinión |
Salud mental y planeta
Imma Sust

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Periodista

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Ecoansiedad

A pesar de nuestros esfuerzos individuales, vemos como los gobiernos no pueden lidiar con el problema. La desconfianza en el sistema es enorme

La ecoansiedad existe y podría estar afectándote

La ecoansiedad existe y podría estar afectándote / Miriam Lázaro / ZML

Las personas que padecemos de ansiedad, tendemos a hacer un mundo de la nada. Entre todos los escenarios posibles, visualizamos siempre el peor y el pánico a la muerte aparece como mínimo una vez al día. Pero desde hace un tiempo, se ha extendido una nueva fase de la enfermedad que afecta cada vez a más personas. Se trata de la ecoansiedad. La angustia constante provocada por la degradación del medio ambiente. Es el precio psicológico que pagamos por el cambio climático. No poder soportar ver un grifo abierto, una bolsa mal reciclada o las imágenes de un incendio en la televisión. Nuestro planeta está enfermo y parece que ya no hay cura. No sabemos cuántos años le quedarán, pero el fin es inminente. Es así, nos lo hemos cargado. La agenda 2030 nada va a conseguir, solo crearnos más ecoansiedad al darnos cuenta de que el poder global no se hace responsable ni toma las medidas oportunas.

La ecoansiedad es una respuesta emocional que abraza con temor una enorme impotencia. Porque a pesar de nuestros esfuerzos individuales, vemos como los gobiernos no pueden lidiar con el problema. La desconfianza en el sistema es enorme. La siento cada vez que abro una botella de plástico y me queda el tapón colgando. Me entra ecoansiedad cada vez que tengo que coger un avión. Cada vez que como salmón. Me entra ecoansiedad a cada nuevo nacimiento. Hoy somos más de 7.700 millones de personas y está previsto que en 2050 seamos 2.000 millones más. Y todos gastando los recursos del planeta a una velocidad vertiginosa. Océanos sin peces, bosques sin árboles y continentes sin personas. El refugiado climático ya es una realidad. Huracanes, tsunamis, tifones, sequías, inundaciones o granizadas cada vez más violentas. Pero viendo como la ultraderecha y el populismo van ganando terreno, es más fácil que el mundo explote por culpa de Putin, Trump o el chiflado de turno al que le toque governar. Así que... ¡A disfrutar todo lo que se pueda! 

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