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Tras un lunes negro
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Un día gris en las bolsas

Un operador de Wall Street, bolsa de valores de Nueva York.

Un operador de Wall Street, bolsa de valores de Nueva York. / Justine Lane (EFE)

El lunes negro de la bolsa japonesa levantó una ola de miedo que recorrió los mercados de todo el mundo. No obstante, ayer martes se produjo una sorprendentemente vigorosa subida del Nikkei, que recuperó más de un 10% de la cotización. La subida es la mayor desde el año 2008. Durante la jornada del lunes, la Bolsa de Tokio había perdido un 12,4% tras la decisión del Banco Central de Japón de aumentar los tipos de interés y reducir la compra de bonos. El Ibex 35 español, por su parte, en consonancia con lo que sucedía a nivel global, registraba una caída del 2,34%, situándose en los 10.423 puntos, la mayor caída desde la sacudida motivada por la situación de Credit Suisse el año pasado.

 Si bien los cambios en la política monetaria japonesa fueron el detonante inmediato de la sacudida bursátil, la gota que colmó el vaso, existe un consenso entre los analistas que apunta a la inquietud por la situación de la economía de Estados Unidos como la causa de fondo. Tales miedos cristalizaron el viernes tras la presentación en los EEUU de unos datos de empleo que fueron percibidos por los inversores como peores de lo que cabía esperar. Según el Departamento de Trabajo norteamericano, en el mes de julio su economía generó un total de 114.000 nuevos puestos de trabajo no agrícolas, cifra alejada de los 179.000 que se crearon a lo largo de junio. La tasa de paro creció dos décimas, situándose en un 4,3%, la más alta desde 2021. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la economía de los EEUU lleva un total de 43 meses creando empleo de forma ininterrumpida. Los interrogantes sobre qué es lo que puede ocurrir en noviembre, cuando los norteamericanos deberán elegir entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, contribuye sin duda a disparar los temores. Los incrementos espectaculares de la cotización de las bolsas concentrado en unos pocos grandes valores tecnológicos son otro foco de inquietud. Aunque los más susceptibles de acabar pinchando la burbuja en la que se han movido, como los vinculados a las criptomonedas, no parece que tengan un volumen suficiente para provocar un efecto similar al que tuvo en su día la crisis del mercado hipotecario.  

Ayer martes, las principales economías mundiales seguían a la expectativa de lo que pudiera suceder, pese a la recuperación general. Son muchos los que, no obstante, consideran que se produjo en los mercados una reacción en cadena notablemente exagerada teniendo en cuanta los actuales datos de la economía de los Estados Unidos. Se teme que la Reserva Federal se esté equivocado al retrasar las bajadas de tipos de interés, lo que podría desencadenar la desaceleración tras una etapa de gran crecimiento, aunque sea exagerado atisbar una recesión en el horizonte. En este sentido, algunos analistas atribuyen la recuperación de las bolsas a las expectativas de rebajas en los intereses en EEUU, que conjurarían el miedo a un aterrizaje brusco. Con todo, un eventual contexto internacional de abaratamiento del dinero antes de final de año se encuentra con un notable impedimento, la resistencia a desaparecer de la amenaza de la inflación, de lo que ha sido un recordatorio, en el caso español, el anuncio por parte de las energéticas de un próximo y notable encarecimiento del precio de la electricidad en el mercado mayorista.