Opinión |
NEWSLETTER
Albert Sáez

Albert Sáez

Director de EL PERIÓDICO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Orgullosos de la ley europea de la IA

Archivo - Sesión de votación en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo

Archivo - Sesión de votación en el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo / PARLAMENTO EUROPEO/PHILIPPE STIRNWEISS - Archivo

Este primero de agosto ha entrado en vigor la ley europea sobre la Inteligencia Artificial (IA), la primera en todo el mundo que trata de promover el desarrollo de esta tecnología a partir de la regulación, de manera que ni se generen zonas de alegalidad ni tampoco se frustre su crecimiento enarbolando miedos atávicos. Un día, no sabemos cuándo, podrá existir en plenitud una inteligencia a partir de las máquinas y no de los seres humanos. No estamos es ese estadio. De entrada, aún sabemos muy poca cosa de cómo funciona la inteligencia humana, de manera que es imposible que podamos replicarla en las máquinas. A lo sumo estamos ante una suerte de «memoria artificial», es decir el manejo de ingentes cantidades de información (con capacidades muy superiores a las de un individuo) que podemos recuperar y combinar en base a unas reglas cada vez más complejas. Lo que llamamos algoritmos. Y eso conseguimos que se haga en tiempo real, algo que sigue siendo prodigioso.

Para entendernos, estamos en las cuevas de Altamira de la IA. Pero es un orgullo que la UE haya entrado en este asunto. En la vanguardia tecnológica se mezclan tres componentes: los libertarios, los liberales y los estraperlistas. Los primeros no quieren reglas, los segundos no quieren Estado y los terceros medran mientras el Estado no pone reglas. Eso es lo que ha ocurrido en la penúltima revolución tecnológica, la de internet y las redes sociales. La UE las ha regulado tarde y mal, con un ambiente hostil en la opinión pública dominada por libertarios y liberales. Es un acierto que con la IA, la UE haya llegado a tiempo. La regulación es una forma de equidad y una garantía de libertad. El estraperlo es el mundo de los abusos y de la especulación. Puestas esas bases, esta ley de la IA debe servir para desarrollar una versión propia de los modelos generativos. La autonomía tecnológica es todavía más estratégica que la militar y con esta norma debemos revertir los miedos atávicos que nos paralizan.

Suscríbete para seguir leyendo