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Josep Maria Fonalleras
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La ciudad ocupada

En el diálogo fantasmagórico entre el pasado narrado y el presente convulso se esconde una liturgia que magnetiza al espectador

Fotograma del documental 'La ciudad ocupada'

Fotograma del documental 'La ciudad ocupada' / FILMIN

El número 71 de la Ruysdaelstraat era vivienda y sede del negocio del señor Jacob Keesing, editor. El 15 de mayo de 1940, el día en que el ejército de los Países Bajos se rindió a las tropas alemanas, se suicidó. Este es el comienzo del primer documental que ha rodado Steve McQueen, el director de la oscarizada 'Doce años de esclavitud', y también de una serie de cinco películas ('Small Axe') que retratan la vida de la comunidad negra en Londres entre los años 60 y 80 del siglo XX. El episodio que dibuja una fiesta particular ('Lovers Rock'), con enredos amorosos, música y gastronomía, es una pieza memorable.

McQueen lleva tiempo viviendo en Ámsterdam, la ciudad de su pareja, Blanca Stigter, también cineasta y escritora. Ella es la responsable de otro documental, que se estrenó en 2021. Se titula 'Tres minutos: una exploración' y parte del material que grabó con una cámara doméstica el hijo de unos exiliados polacos que decidió ir de viaje en Europa y al pueblo natal de sus abuelos para dejar constancia de cómo era la comunidad judía en Nasielsk, en la frontera entre Polonia y Ucrania,... en 1938. Solo se salvaron tres minutos y es a partir de este exiguo material de archivo que Stigter reconstruye la vida de aquellos 3000 judíos, un 97% de los cuales murieron en campos de exterminio pocos años después.

Stigter escribió un libro de investigación que consiste en documentar, punto por punto, la geografía del terror nazi en Ámsterdam a lo largo de la ocupación. Se titula 'Atlas of an Occupied City' y se dedica a reseguir el mapa de la ciudad y a destacar las calles y casas, plazas y edificios, bares y teatros, museos y escuelas que fueron protagonistas mudos de la tragedia. Hay razias de la policía y de los nazis holandeses, persecuciones, revueltas, atentados de la Resistencia, ajusticiamientos y prohibiciones, estrellas amarillas en el Zeedijk (el Barrio Rojo de las prostitutas), humillaciones y deportaciones, grandilocuencia nazi en la plaza Dam. Aquel libro fue el detonante para que McQueen filmara 'Occupied City', el documental de cuatro horas que ahora puede verse en Filmin, en el marco del Atlantida Film Fest. Solo hay una 'voz en off', la actriz Melanie Hyams, que relata el nombre de las calles y de lo ocurrido en ellas. E imágenes actuales, entre 2020 y 2022, de la vida cotidiana de la ciudad en los mismos lugares en los que hace 80 años se instaló el horror. Solo eso, sin un solo fotograma del Ámsterdam ocupado. Lo han criticado por monótono y sin espíritu, "emocionalmente neutral", pero es justamente en la repetición de la fórmula, en el diálogo fantasmagórico entre el pasado narrado y el presente convulso, en "la larga variación sobre un tema", como dice McQueen, donde se esconde una liturgia que magnetiza al espectador, que lo atrapa y, a la vez, le aturde. Y, a menudo, al final de muchos episodios del nomenclátor narrativo, una simple acotación devastadora: “Demolished”. Derruido, derribado. El edificio real, no el simbólico de la memoria, que permanece como un muro contra el embate de los nuevos fascismos.

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