Opinión |
Aspiraciones del expresident
Jordi Mercader

Jordi Mercader

Periodista.

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¿Dónde vas, Carles Puigdemont?

Su último anuncio responde al interés de poner de los nervios a ERC, en primera instancia, para evitar un pacto transversal que entierre institucionalmente el 'procés'

Puigdemont.

Puigdemont. / Glòria Sànchez | Europa Press

Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat residente en Waterloo desde hace casi siete años, ha hecho saber qué piensa participar en persona en el probable pleno de investidura de Salvador Illa. Esta promesa supone una variante sensiblemente diferente de la formulada en campaña electoral, cuando aseguró que volvería a Barcelona para ser restituido como presidente. Esta penúltima aspiración, ya de por sí muy rebajada comparada con su plan inicial proclamado al llegar a Bruselas (solo volvería para ser restituido por aclamación popular en la presidencia de la Generalitat que el 155 le arrebató), no parece que vaya a materializarse, aunque algunos de los suyos se lo llegaron a creer por unos días. 

Hay que interpretar que su último anuncio responde al interés de poner de los nervios a ERC, en primera instancia, para evitar un pacto transversal que entierre institucionalmente el 'procés'. Y si eso tampoco lo puede, como tantas otras cosas, al menos le robará protagonismo al nuevo presidente de la Generalitat por unas horas y, en ambos supuestos, le complicará la vida un poco más a Pedro Sánchez. Todo parece muy forzado.

El objetivo de su retorno es realmente modesto comparado con los ambiciosos escenarios soñados y con el riesgo que implica regresar sin haber sido amnistiado por la contumacia de los jueces del Tribunal Supremo en privarle de los beneficios de esta ley. Se fue para no ir a la cárcel y no quiso volver para no ingresar en prisión en ninguna circunstancia. De haber estado dispuesto a comprometer seriamente al estado y al gobierno de Pedro Sánchez, habría aprovechado las diversas ocasiones de las que ha disfrutado para asentar su liderazgo del movimiento independentista. La última y más propicia, la campaña electoral del 12 de mayo; tal vez incluso habría volteado los sondeos. No se presentó y ahora Sánchez ya hizo todo lo que estaba en su mano, a los jueces no parece impresionarlos el contencioso y ERC está a punto de obtener lo que se negó desde 2005.

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