Opinión |
Educación
Lluís Mora Cañellas

Lluís Mora Cañellas

Doctor en Didáctica de las Matemáticas

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Diálogo entre disciplinas

La interrelación de música, lenguaje y matemáticas fomenta una visión más completa e integrada de los saberes, que a su vez facilitará el trabajo con situaciones artísticas, científicas o humanísticas cada vez más complejas

Una alumna, en una aula.

Una alumna, en una aula. / FERRAN NADEU

Cualquier interpretación musical, como tarea compleja que es, requiere el desarrollo de numerosas capacidades. Primero, hay que hacer una lectura y estudio atento de la partitura para identificar y analizar los tonos y las armonías presentes en la pieza. A continuación, o al mismo tiempo, memorizar los compases que intervienen, y finalmente ejecutarla con las habilidades asociadas al instrumento, y en esta interpretación, cada persona añade su toque personal y único.

Este tipo de actividades ricas, que implican identificar y recordar, relacionar, analizar y crear, no están asociadas solo a la interpretación musical, sino que son generales y están conectadas a otros muchos ámbitos de conocimiento, especialmente a la lengua y las matemáticas, materias que tienen entidad por ellas mismas, pero que también son claves para el aprendizaje de todas las otras.

En matemáticas, el proceso central es la resolución de problemas, y la manera de afrontarlos involucra el mismo trabajo, las mismas capacidades, que la interpretación de una partitura. Por ejemplo, en una tarea clásica como la siguiente: un paquete de 10 cuadernos vale 25 €, ¿cuánto dinero tengo que gastar si quiero comprar 3 cuadernos? Según las ideas del matemático Pólya, tendré que estudiar el enunciado para identificar lo que es importante y las ideas matemáticas que puedo utilizar, diseñar un plan de actuación, llevarlo a la práctica y, finalmente, revisar todo el trabajo hecho. En ambos casos, no se trata de memorizar las acciones implicadas al interpretar una partitura o resolver un problema, sino de verlas como herramientas didácticas para ampliar los conocimientos.

¿Y la lengua? La música y las matemáticas son un lenguaje por ellas mismas, utilizan símbolos diversos para comunicar ideas complejas y ayudan a desarrollar el pensamiento abstracto. Pero, como decíamos antes, las tres disciplinas tienen muchos puntos en común.

Al leer un texto, además de descodificar las palabras y enlazar sus significados, localizamos la información relevante y hacemos deducciones sobre lo que se dice, cosa que nos permite valorar la calidad y la credibilidad del texto. En definitiva, interpretarlo, y esto lo hacemos detectando patrones, integrando ideas y aplicando los conocimientos previos que tenemos, maneras de trabajar que también son fundamentales en música y matemáticas.

Esta interrelación fomenta una visión más completa e integrada de los saberes y crea nuevas conexiones claves para generar conocimiento, que a su vez, facilitará el trabajo con situaciones artísticas, científicas o humanísticas, cada vez más complejas.

En definitiva, trabajar de manera coordinada y conectada estos tres ámbitos nos permite organizar y consolidar nuestro pensamiento, comunicarlo de manera coherente y precisa, también analizar y valorar el pensamiento de los otros y afrontar nuevas situaciones. El diálogo entre disciplinas siempre tiene un impacto positivo en el aprendizaje.