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Albert Sáez

Albert Sáez

Director de EL PERIÓDICO

Las aguas se calman en Barcelona

 La reutilización del agua es una opción im­prescindible para hacer frente al impacto de las sequías.

 La reutilización del agua es una opción im­prescindible para hacer frente al impacto de las sequías.

Aigües de Barcelona es la empresa concesionaria del suministro del agua en el área de Barcelona. Si no hubiera llovido, en este momento estaría en el epicentro de la gestión de la sequía. Pero llovió y está en el epicentro económico y político por otro motivo, los equilibrios entre sus tres accionistas: Agbar (que tiene un 60%), Criteria que tiene un 20 y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que tiene otro 20. Agbar es hoy propiedad al 100% de la francesa Veolia. La marcha del que fue durante años hombre fuerte de Agbar, Àngel Simón, a Criteria dio pie a un cierto debate sobre el modelo de la compañía entre quienes abogan por mantener las inversiones previstas y quienes exigen más eficiencias. En plena controversia, Simón dimitió como presidente de la compañía, cosa prevista por su marcha, pero la junta de accionistas dejó el puesto vacante. En las últimas semanas se han intensificado los contactos entre Veolia, AMB y Criteria para conseguir recuperar el consenso entre los accionistas en base a un plan de inversiones exigente. Y, ahora, se debate sobre las candidaturas a la presidencia. Se barajan tres posibilidades: promocionar a alguien del equipo actual de la compañía (todos muy ligados a Simón), buscar un perfil de futuro que aclare la gobernanza en la próxima década o encontrar una persona de larga trayectoria y de consenso que ayude a recuperar la paz institucional y siente las bases de la nueva etapa con el acuerdo de los tres accionistas como ha ocurrido tradicionalmente. En las próximas horas/días sabremos la resolución del dilema.

El asunto no es menor. El suministro del agua en el área de Barcelona representa una facturación de más de 400 millones de euros y es la joya de la corona de Agbar, que mueve más de 1.500 millones de euros anuales en España y América Latina. Más allá de las cuestiones societarias y personales, Barcelona, Catalunya y España necesitan que se mantenga este modelo de colaboración público-privada que ha engendrado una compañía saneada, capaz de una inversión ambiciosa destinada a la innovación tecnológica. Los accionistas franceses, legítimos dueños de la compañía, van entendiendo el reto que supone la gestión del agua en un contexto de sequía, que no tiene los mismos costes ni las mismas rentabilidades que allí donde abunda el agua. Pero que permite liderar en una tecnología por la que en los próximos años se peleará medio mundo. Eso es lo único que no se puede perder en el contexto actual. Es patrimonio de Barcelona.

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