Álvaro Muñoz Escassi, un árbol ginecológico de postín

Álvaro Muñoz Escassi puede vanagloriarse de arraigar en un árbol ginecológico de postín. Su antigua esposa Lara Dibildos ha tenido que desmentir que fuera la administradora de un chat de examantes del jinete del corazón en WhatsApp. La comunidad tendría el nombre de 'Los huevos de Forb-Es', que no deja demasiado espacio a la imaginación. Desde luego, sería un club más selecto que Sotogrande, donde el deportista triunfó sobre las monturas más selectas.

La relación de parejas contrastadas de Escassi se compone de Sonia Ferrer, Mireia Canalda, Vicky Martín Berrocal, Lara Dibildos, María José Suárez o _________________ (introduzca otros nombres que usted considere adecuados, con la certeza de que acertará y se quedará corto). Este listado suena esplendoroso a escala local, aunque no alcanza al árbol ginecológico de un precursor del sevillano en tanto que también jugador de polo. El 'playboy' dominicano Porfirio Rubirosa tendió entre sus brazos a Rita Hayworth, Marilyn Monroe o Kim Novak, gracias a una dedicación profesional lindante con el estajanovismo.

Al rompecorazones español habría que llamarle Escassi, por la dificultad de encontrar una belleza nacional sin vínculos históricos y estrechos con el jinete, que en sus comparecencias públicas no descuella por una personalidad arrebatadora. Al contrario, se muestra desvalido, mohíno, vacilante y poco dominador, seguramente para excitar el instinto protector. A estas alturas, el emparejamiento ya solo pretende la inclusión en el selecto árbol ginecológico. No, la Infanta Elena solo fue oficialmente una excelente amiga, la pasión que ambos sentían se canalizaba a través de la hípica.

En su impagable labor antropológica, Escassi también ha explorado la corriente secreta que liga 'Supervivientes' y 'MasterChef', como participante en ambas mamarrachadas. Confirma así que TVE suspira por convertirse en Telecinco, y nadie se atrevería a negar que el Ente está logrando su objetivo, con fondos públicos y sin audiencia pública.

El capítulo más reciente de la ajetreada peripecia de Escassi muestra a la prensa del corazón fingiendo desolación por la «inesperada» ruptura del galán montado con María José Suárez, de profesión Miss. Para excusarse y escudarse, el incansable seductor ha confesado en público que mantenían una relación abierta. Como en PP y Vox, o en Podemos y Sumar, o en Carlos de Inglaterra y Lady Di (basta de ejemplos, puede seguir con la narración)

El enésimo capítulo sexoeconómico de la vida del inquieto jinete, causante de la escisión ya relatada, es más complicado que una fusión bancaria. Una mujer transexual llamada Valeri, y si están sedientos de datos adicionales sobre el personaje, emprendan su propia tarea de investigación, ha sido acusada por Escassi de extorsionar a Escassi, «o llámalo como quieras». Se trataría de exprimirlo económicamente, no corporalmente, porque la relación sexual entre ambos se da por inevitable.

Valeri le planteó a Escassi una exigencia digna de Dostoyevski, «págame las horas que estuve contigo». Esta reclamación implica una intolerable comercialización de las relaciones con los 'playboys', especies a proteger. Campeones del género como el antes citado Rubirosa o Hugh Hefner nunca sufrieron una humillación semejante. Ante la falta de respuesta emocional y sobre todo económica, la afectada confesó que «decidí escribir a tu mujer». La deuda pactada alcanzaba los 1.800 euros, una cantidad ridícula cuando está en juego la reputación de uno de los amantes más acreditados de España.

La ruptura vigente con Suárez no ha sacudido especialmente a Escassi, «porque ya habíamos roto seis veces antes». El caballero sintetiza su encuentro con Valeri en que «tuvimos una conversación maravillosa», durante tres horas que la parte contratante de la parte contratada creía dignas de remuneración. Estos datos fundamentales para el futuro de España en Europa se conocen gracias al ahínco de Telecinco, a la espera de que TVE monte un formato similar donde contrastarlos.

Las historias protagonizadas por Escassi y sus sucesivas musas tendrían su gracia entre adolescentes, pero la mayor parte de los protagonistas de este texto son cincuentones 'botoxificados', con riesgo de explosión. Se alcanza así la triste conclusión de hallarse ante un casanova más raído que Donald Sutherland en 'Fellini', un conquistador voraz porque no sabe arrepentirse. Lo siento, no hay vuelta atrás. El jinete siempre puede emprender una carrera política, igual que el mayor representante de su gremio, un tal Donald Trump.

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