Opinión |
Dilemas existenciales
Carles Francino

Carles Francino

Periodista

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ser o no ser

Me sigue llamando la atención es ese afán universal para inmortalizar públicamente cada minuto de nuestras vidas

Selfi en el puente de Brooklyn.

Selfi en el puente de Brooklyn.

“Si els fills de puta volessin, no veuriem mai el sol”. Pocas verdades tan universales como esta que proclamó Pi de la Serra en una canción de hace casi medio siglo. Desde entonces los malnacidos no han desaparecido del mapa; siguen sin volar, pero navegan viento en popa a toda vela porque, además, tienen un nuevo e inmenso territorio de caza: el universo digital. Por eso el catálogo de estafas 'on line', desde falsos secuestros de niños hasta timos financieros, pasando por el repugnante aprovechamiento de la credulidad de personas mayores para robarles, no ha dejado de crecer en ese ámbito. Por no hablar de las etiquetas que van en los paquetes de Amazon, y que tiramos alegremente a la basura, con datos privados que luego utilizan también los chorizos. Desde luego, si toda la imaginación que emplea esa gente en joder a los demás la invirtieran en proyectos provechosos para la humanidad, yo creo que ya estaríamos en Marte. Por cierto, en la última remesa de avisos para que no te la cuelen, la policía insiste en que no se cuelguen fotos en Instagram mientras estemos de vacaciones. Si lo pensamos un poco tiene su lógica, claro, porque resulta que mientras tú te exhibes en una playa paradisíaca de Bali o en la quinta avenida de Nueva York para compartir lo feliz que eres y lo bien que te va la vida, puedes inspirar a una legión de cantamañanas para vaciarte la casa. Eso es así y no hay que darle más vueltas. Pero lo que me sigue llamando la atención es ese afán universal para inmortalizar públicamente cada minuto de nuestras vidas.

Pueden ser el viaje a Katmandú o el concierto de Estopa, pero también la comida familiar de los domingos o la espera en la parada del autobús. El otro día me contaron el caso de una pareja que ha tenido su segundo hijo. Al preguntarles si el mayor ya conocía a su hermanito, respondieron que aún no, pero que tenían un surtido de cámaras preparado a distintas alturas para que la grabación del momento quedara perfecta. ¿Sentir o fotografiar? ¿Imagen o sentimiento? ¿Ser o parecer? Los dilemas de Shakespeare también evolucionan. 

Suscríbete para seguir leyendo