Opinión | Limón & vinagre

Josep Cuní

Josep Cuní

Periodista.

Fernando Clavijo: la cruzada humanitaria

Denuncia que el Atlántico se ha convertido en un cementerio silencioso que debe ser la vergüenza de Europa

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, atiende a los medios de comunicación durante la presentación del Foro Empresarial Ibero Africano 2024 en la sede de CEOE, a 12 de julio de 2024, en Madrid (España).

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, atiende a los medios de comunicación durante la presentación del Foro Empresarial Ibero Africano 2024 en la sede de CEOE, a 12 de julio de 2024, en Madrid (España). / Alberto Ortega - Europa Press

Dos manos unidas en forma de cuenco dibujan un corazón. En su interior pétalos de rosas rojas desbordan por las comisuras de sus palmas. La fotografía rompe la simplicidad de la lápida. La inscripción no puede ser más fría: Inmigrante T 1. Día y hora de llegada. Debajo la referencia de los servicios funerarios de El Pinar de El Hierro. 

Hay más de cuarenta nichos como este. En algunos se ha podido inscribir un nombre. El que han dado los compañeros supervivientes de la tragedia. Ahubacorr Kauyi es uno de ellos. El alcalde de la localidad lo cuenta con el corazón encogido. Explica como la solidaridad convive con la sensación de abandono administrativo de una isla desbordada convertida en puerto de destino de la peligrosa ruta atlántica. Al otro lado, en las playas de Mauritania, se calcula que pueden estar esperando unas trescientas mil personas procedentes de otros países del continente. Huyen de sus dramas, buscan una oportunidad, esperan la salvación arriesgando sus vidas. 

En el mismo puerto de la empinada población, se acumulan viejos cayucos rescatados y sentenciados. Una máquina con pala excavadora los destruye en cuestión de minutos. Sus restos polvorientos serán llevados a un almacén cercano donde se diluirán para siempre nadie sabe cuántas esperanzas muertas.    

Este es el paisaje de la penúltima etapa de quienes pueden contarlo. Tras ser atendidos por los servicios de emergencia esperarán su traslado para empezar a buscarse la vida. Los menores no acompañados, mientras, serán internados en centros de acogida desbordados a la espera de que la solidaridad peninsular les acepte para redistribuirlos entre las Comunidades que esta semana han pactado hacerlo con 347. Solo el 5% de los que aguardan. Y siguen llegando.

Desesperado, Fernando Clavijo Batlle (San Cristóbal de la Laguna, 10 de agosto de 1971) busca soluciones. El presidente canario celebra el acuerdo del miércoles auspiciado por él mismo, pero advierte que es un parche, no la respuesta a la crisis. Aleja el fantasma de la poca sensibilidad de sus colegas porque él es el primero en entender que el problema humanitario lo provoca la falta de recursos y el exceso de burocracia.

Un año después de recuperar el cargo que ya había ostentado, el también secretario general de Coalición Canaria que se inició como concejal hace más de 20 y ha seguido todo el escalafón representativo, persiste en su cruzada. Y como sabe que para resolverla hay que surcar convenios administrativos complejos que dificultan el traslado de los menores de manera rápida y efectiva, plantea reformar la ley de extranjería. Pero por ahí sus colegas no le siguen y el acuerdo perseguido ha quedado reducido al vaso medio lleno.  

Denuncia Clavijo que el Atlántico se ha convertido en un cementerio silencioso que debe ser la vergüenza de Europa. Nadie se lo puede objetar. Solo que a aquel camposanto líquido hay que añadirle el del Mediterráneo que hace tiempo que perdió la cuenta de los cadáveres que yacen en su fondo sin peso aparente en la conciencia de los gobiernos de la costa norte. La que están esperando alcanzar más de setecientos mil hombres y mujeres que se calcula que sobreviven hoy agazapados en las playas de Libia. Cifras sobre las que algunos plantean despliegue militar para seducir los votos inmisericordes de quienes, para disimular, acuden a misa. 

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