Elecciones legislativas
Rafael Jorba

Rafael Jorba

Periodista. Secretario del Comité Editorial de EL PERIÓDICO.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La implosión de la V República

Francia decide el domingo entre una inédita cohabitación con la extrema derecha o la cultura de la coalición: la izquierda con los restos del macronismo y del posgaullismo

Macron pide una "gran concentración democrática" frente a la extrema derecha para la segunda vuelta

La izquierda y los macronistas certifican el cordón sanitario para intentar evitar la mayoría absoluta de Le Pen en Francia

El president francès, Emmanuel Macron, vota amb la seva dona, ahir. | YARA NARDI / EFE

El president francès, Emmanuel Macron, vota amb la seva dona, ahir. | YARA NARDI / EFE

Francia ha entrado en un terreno desconocido. El presidente de la República, Emmanuel Macron, decidió en caliente, la misma noche electoral de las europeas del 9 de junio, disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones exprés. Su primer ministro, Gabriel Attal, le rogó que no lo hiciera: “Le ofrezco mi dimisión, utilíceme como fusible”. Macron, que había sido elegido en dos ocasiones para frenar a la extrema derecha de Marine Le Pen (2017 y 2022), le ponía ahora un trampolín: el Reagrupamiento Nacional (el antiguo FN) acababa de doblar en votos a la mayoría presidencial (31,5% frente al 14,6%).

Macron se mostraba satisfecho. Así lo confesó el 10 de junio, al día siguiente de su anuncio, en una conversación con un empresario durante una celebración del 80º aniversario de la Liberación. En la conversación, revelada por la periodista Solenn de Royer en ‘Le Monde’, el patrón, próximo del Elíseo, transmitió al presidente un mensaje de ánimo: “¿Han sido muy duros estos días?”. Macron sonrió: “De ninguna manera. Preparo esto desde hace semanas, y estoy satisfecho. Les he lanzado mi granada activada entre las piernas. Ahora veremos cómo salen de esta”.

La realidad desmintió al presidente. Macron creía que con su disolución rearmaría a la mayoría presidencial, descolocaría a la extrema derecha y dividiría a la fuerzas de izquierda. Sin embargo, en las tres semanas previas a la primera vuelta del 30 de junio la extrema derecha consolidaba posiciones y los partidos de izquierdas, divididos por la guerra de Ucrania y la cuestión palestina, eran capaces de forjar un Nuevo Frente Popular (NFP) que agrupa a La Francia Insumisa (LFI), los comunistas, los ecologistas y los socialistas. Antes del veredicto de las urnas, Édouard Philippe, ex primer ministro de Macron y posgaullista, se mostraba categórico: el presidente, con la disolución de la Asamblea Nacional, “ha matado a la mayoría presidencial”.

En efecto, en la Cámara saliente la mayoría macronista alcanzaba los 250 escaños y estaba a solo 39 escaños de la mayoría absoluta (289). Ahora, con los resultados de la primera vuelta sobre la mesa y las proyecciones de la segunda vuelta del domingo, la mayoría presidencial perderá como mínimo más de la mitad de sus diputados. Los franceses esperaban a Júpiter y se encontraron con Nerón.

La granada lanzada por Macron ha provocado la implosión de la V República, diseñada por De Gaulle en 1958 para reforzar el presidencialismo en detrimento del parlamentarismo. Ha sido precisamente el régimen electoral de la V República el que había servido para enmascarar el ascenso de la extrema derecha: el partido de Le Pen tenía hasta las legislativas de 2022 más presencia en el Parlamento Europeo que en la Asamblea Nacional. Las elecciones europeas se rigen por un sistema proporcional mientras las legislativas se basan en un modelo mayoritario uninominal a dos vueltas.

Este modelo se concreta en la elección de 577 diputados repartidos a uno por circunscripción, es decir, 577 circunscripciones. En la primera vuelta es elegido diputado el que obtiene más del 50% de votos. Si nadie alcanza esta cifra, pasan a la segunda vuelta los candidatos situados en primera y en segunda posición, y aquellos que alcancen al menos el 12,5% del voto de los electores inscritos. Esta circunstancia hace que en la segunda vuelta, en cada circunscripción, se puedan dar duelos, triangulares y hasta cuadrangulares.

Ahora, en la primera vuelta del 30 de junio, 76 diputados fueron elegidos al superar el 50% de los votos. En el resto de circunscripciones la elección se decidirá este domingo. De las más de 300 triangulares previstas, la cifra se ha reducido a menos de un centenar: 131 candidatos de las izquierdas y 83 de la mayoría presidencial se han retirado en favor del aspirante mejor situado para impedir el triunfo del candidato de la extrema derecha. Este ‘desistimiento republicano’ puede evitar que el RN alcance la mayoría absoluta.

En consecuencia, la noche del domingo sabremos si Francia entre en una inédita cohabitación (el presidente Macron con un Gobierno de extrema derecha) o ensaya la cultura de la coalición: el bloque de izquierdas –sin el sector duro de La Francia Insumisa– con los restos de la mayoría presidencial y de los posgaullistas (LR) que no han abonado el pacto de su líder, Eric Ciotti, con Le Pen. Apunten un nombre de futuro: Carole Delga, presidenta de Occitania.

Suscríbete para seguir leyendo