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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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¿Qué le prometieron a la constructora del Camp Nou?

Las obras del Camp Nou desde dentro: tres meses siguiendo a los trabajadores rumanos del Camp Nou

Las obras del Camp Nou desde dentro: tres meses siguiendo a los trabajadores rumanos del Camp Nou / Manu Mitru

Tres de los valores emergentes de la redacción de EL PERIODICO, Eli Colell, Gabriel Ubieto y Manu Mitru, han vuelto a hacer un trabajo excelente de periodismo de precisión. Durante semanas han estado recogiendo información sobre las condiciones de trabajo de un colectivo de trabajadores rumanos en las obras de construcción del nuevo Camp Nou que ganó la empresa turca Limak contra todo pronóstico. Como ocurrió en las anteriores entregas, las irregularidades no son responsabilidad del Barça ni de la constructora turca sino de una subcontrata, Eurobau, que trajo de Rumanía en marzo a unos 300 trabajadores con la promesa de pagarles unos 2.000 euros mensuales (allí no ganaban más de 700) pero que muchos han acabado volviendo a su país después de meses sin cobrar y de vivir bajo control de la subcontrata en un hotel de Calella. La inspección de trabajo ya ha tomado cartas en el asunto y la propia empresa ya ha abonado algunos salarios tras la publicación de esta información.

Cada vez que publicamos historias relacionadas con las obras del Camp Nou, la actual junta directiva que administra el FC Barcelona saca fuego por la boca a pesar de que no tienen una responsabilidad directa sobre nada de lo denunciado. Lo normal sería que agradecieran que un medio de comunicación de indudable pedigrí culé como el nuestro les ayudara a controlar que en una obra tan compleja como la del Camp Nou, todo se hace correctamente. Lo que está ocurriendo es simplemente una consecuencia natural, que no tiene por qué ser premeditada, de elegir para esta obra a una empresa sin experiencia previa en ningún país de la UE en el que rigen unas determinadas leyes laborales. Se apuran la máximo los márgenes y para ello se recurre a subcontratas que no viven del prestigio de sus trabajos sino simplemente de apurar todos los resquicios legales para bajar los precios. Como hemos explicado, las obras del Camp Nou no son las únicas que utilizan a estas empresas actualmente en Barcelona. Por tanto, si la reacción del Barça fuera más serena, estaríamos simplemente ante unas irregularidades que la inspección de trabajo podría ayudar a subsanar una vez que un diario les ha dado la publicidad como le encomienda la carta europea de derechos humanos. La crispación solo se entiende si algún desaprensivo, de dentro o de fuera del club, le hizo creer a Limak que la marca Barça sería un escudo de impunidad a determinadas prácticas que les permitiría en esta obra apurar un poco más los márgenes que esperemos que vayan todos a manos de sus accionistas.

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