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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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La utilidad de la política

El líder d'ERC, Oriol Junqueras, a la sortida de la seu del seu partit a Barcelona, després de renunciar a la presidència de la formació

El líder d'ERC, Oriol Junqueras, a la sortida de la seu del seu partit a Barcelona, després de renunciar a la presidència de la formació / EUROPA PRESS

Han pasado muchas cosas desde las elecciones del domingo pasado. Y casi ninguna les soluciona ningún problema a los ciudadanos de a pie. Sumar ha entrado en un proceso de reorganización interna, con una líder ensimismada. El PP, en lugar de saborear la cuarta victoria de Feijóo, ha apretado el acelerador para forzar elecciones anticipadas. Esquerra ni siente ni padece y ha vuelto a actuar subordinada a Junts. Los de Puigdemont miran por lo suyo y no les importan otros seis meses de desgobierno (eso que tanto criticaron en su campaña) para intentar forzar que los catalanes voten bien que, desde su punto de vista, no puede ser otra cosa que darles la mayoría. Y el PSOE no sabe cómo componer el puzle sin tirarse un tiro en el pie, sea en el de Sánchez o en el de Illa.

El populismo narcisista que impregna la política actual nos lleva a que los políticos nos digan durante las campañas electorales lo que queremos oír, pero hagan solo lo que les conviene. La presidencia del Parlament son dos cargos de libre designación mientras que en el ayuntamiento de Barcelona están en juego casi 40, así me explicaba esta semana un fontanero los vaivenes de los republicanos. Las mismas cuentas están haciendo los demás. Esa dinámica onanista alimenta a los partidos iliberales hasta los límites de la autodestrucción.

Oriol Junqueras, que ahora transita por las entrevistas suspendido por un aura de desprendimiento, dice que está en un proceso de escucha activa para saber cómo puede ser útil. Sin tanta parafernalia, otros muchos, de su partido y del resto de partidos, deberían hacer lo mismo. En incluso en su caso podría empezar a ser útil mucho antes de la celebración del congreso de Esquerra. La política y los políticos tienen sentido si son útiles. En caso contrario da la sensación de que están siendo útiles a algunos que no son sus votantes o que simplemente están calentando la silla porque no tienen donde caerse muertos. En ambos casos, se miran a sí mismos y no a sus votantes.

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