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El acuciante desafío de las renovables

La revolución tecnológica, así como la apuesta por las energías renovables y la sostenibilidad, favorecerán a los territorios que mejor sepan valerse de la transformación que se está produciendo

Aerogeneradores en el parque eólico de Sil y Meda, en Esgos, Orense.

Aerogeneradores en el parque eólico de Sil y Meda, en Esgos, Orense. / Agostime

El auge y crecimiento de las energías renovables va a transformar hondamente el mapa industrial y empresarial español, concediendo a zonas en el pasado poco atractivas la oportunidad de crecer y progresar. A su vez, los grandes centros industriales tradicionales, como Barcelona, Bilbao, Valencia o Asturias, nacidos gracias a las centrales energéticas, al acceso a materias primas como el carbón o el petróleo o a su cercanía de puertos, podrían perder su primacía. Las condiciones y las facilidades para la instalación de aerogeneradores y paneles solares puede facilitar un auténtico reequilibrio de la riqueza empresarial, que beneficiará a aquellas comunidades autónomas que mejor sepan aprovechar las oportunidades.

La revolución tecnológica, así como la apuesta por las energías renovables y la sostenibilidad, favorecerán a los territorios que mejor sepan valerse de la transformación que se está produciendo. Son muchas las compañías que buscan áreas que dispongan de energía barata y limpia para instalar sus industrias. Un ejemplo emblemático de lo que sucede es el anuncio de Amazon de una inversión de 15.700 millones para la instalación de centros de datos en Aragón. Como señala el presidente aragonés, Jorge Azcón, la apuesta de la región por las renovables hace que «todas aquellas empresas que sean intensivas en el consumo de energía tienen que fijarse en Aragón». Cuenta esta comunidad con 8,9 gigavatios de energías renovables instalados. Más que las cinco centrales nucleares españolas sumadas (7,3 gigavatios). Aragón, igual que otras comunidades, supo en su momento aligerar los trámites burocráticos. Esto, sumado a la energía renovable y la disponibilidad de terrenos, acabó decidiendo a Amazon, como también, anteriormente, a Microsoft. A estas dinámicas hay que añadir la consciencia, muy viva en Europa a raíz de la confrontación con Putin y la reconfiguración geoestratégica a nivel mundial, de que hay que preservar tanto como sea posible la autonomía en el campo energético, así como también en sectores como, por ejemplo, los semiconductores, los datos o las baterías.

Todo ello convierte en urgente que gobiernos como el de la Generalitat de Catalunya actúen de forma decidida y duradera para no perder posiciones en relación con otras autonomías con políticas más ambiciosas (además de ingresos fiscales por esta actividad). En estos momentos, Catalunya, uno de los grandes polos industriales de España, se encuentra desmesuradamente atrasada en cuanto a la implantación de energías renovables, lo que, una vez cierren sus centrales nucleares, puede conducirla a tener que importar energía al exterior. Catalunya ha visto enormemente ralentizado el desarrollo de energías limpias en los últimos tiempos. Las causas han sido el rechazo social, la lentitud y exigencias administrativas y, finalmente, la falta de decisión y empuje por parte de sucesivos gobiernos. Para intentar salir de la parálisis, el president Pere Aragonès aceleró la aprobación de proyectos de energías renovables. Sin embargo, Catalunya sigue muy lejos de conseguir una transición energética competitiva. Continuar y reforzar tanto como se pueda las energías renovables debe erigirse inexcusablemente como una de las grandes y más urgentes prioridades de un nuevo Ejecutivo catalán. Y es una de las muchas razones para que este se constituya sin sumar aún más meses de provisionalidad.