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Matías Vallés

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Periodista

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Yolanda se cree la dueña del Gobierno

La vicepresidenta le ha asestado a Sánchez un golpe más duro que Feijóo en las urnas del domingo

Yolanda Díaz.

Yolanda Díaz. / Europa Press

En España resulta infrecuente que un político dimita por sus deficientes resultados electorales, un rasgo de gallardía que interpela al propio Feijóo tras sus asaltos fallidos a La Moncloa. La excepción a la fusión enfermiza con el cargo no corresponde a Yolanda Díaz, con su cobarde huida de coordinadora de Sumar para atrincherarse en una vicepresidencia del Ejecutivo que no le pertenece. Lo más cómico de su alocución de plasma a lo Rajoy no consiste en que se comprometa a cumplir los objetivos de Sumar abandonando el liderazgo de Sumar. Ni en que haya perdido su duelo almodovariano con Irene Montero. Ni en que su vídeo caudillista sea una imitación del protagonizado en su día por Pablo Iglesias para abandonar el Gobierno. Conviene repetirlo, para abandonar el Gobierno.

Lo terrible es que una vicepresidenta responsable en apariencia se comporte caprichosamente como si fuera la dueña del Gobierno de Pedro Sánchez. Su proclamación trumpista de que va a dedicarse «a las cosas que mejor sé hacer», no solo supone un insoportable ejercicio de soberbia que viene desmentido ahora mismo por los votantes, sino sobre todo una apropiación indebida de un cargo que no le pertenece.

Yolanda Díaz se cree embarcada en una misión evangelizadora hasta el último día. Le ha asestado a Sánchez un golpe más duro que el de Feijóo en las urnas del domingo. La exlíder ha desmantelado el Gobierno, y la dignidad del Ejecutivo obliga a su presidente a la destitución inmediata de la vicepresidenta segunda a la que encumbró en la moción de censura de Ramón Tamames. El PSOE pierde de golpe una treintena de diputados decisivel Congresongreso, y se ve abocado a las urnas. El domingo no murió Sumar como pretende su papisa, porque ese monstruo de mil cabezas nunca existió. En las europeas, y de la mano de Yolanda Díaz, falleció de nuevo Podemos. Mientras tanto, la refugiada en el banco azul sigue remedando a Gloria Swanson en "soy la mejor vicepresidenta imaginable".