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Albert Sáez

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Director de EL PERIÓDICO

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Los sindicatos, Madí y el TC

El secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros (i) y el de CCOO, Javier Pacheco (d), en la manifestación del Primero de Mayo.

El secretario general de UGT de Catalunya, Camil Ros (i) y el de CCOO, Javier Pacheco (d), en la manifestación del Primero de Mayo. / EPC

Hay que leer el artículo conjunto que publican en EL PERIODICO Javier Pacheco y Camil Ros, máximos responsables de los principales sindicatos catalanes. Vivimos un momento de bonanza económica y de auge de las políticas de redistribución. Hacerlas compatibles no siempre es fácil pero, pese a las incertidumbres, la política monetaria que emana de Europa (este mediodía el BCE bajará los tipos de interés) está dando la estabilidad que las empresas necesitan y los acuerdos entre los agentes sociales están haciendo el resto. Ros y Pacheco llaman a los trabajadores a votar este domingo pensando en esto y, aunque se pueda discrepar, lo cierto es que lo que dicen es un ejercicio de coherencia alejado del populismo imperante: si a alguien le favorecen las políticas actuales, lo que debe hacer es acudir a votar para defenderlas y no hacer soflamas en el chat de los cuñados y las cuñadas porque, al final, el bienestar no es algo caído del cielo sino surgido del pacto social que vio nacer a la UE.

Los dirigentes sindicales apelan también a los políticos para que sean coherentes y reproduzcan en el Parlament de Catalunya los acuerdos vigentes en Europa y en España. Su llamamiento se produce solo unas horas después de que el Tribunal Constitucional haya determinado que no es posible recontar el voto telemático en la cámara catalana si el diputado o la diputada en cuestión no puede acudir por estar envuelto en una causa judicial. La suma de estas dos circunstancias debería llevar a alguna reflexión a la convulsa dirección de Esquerra: aceptar el apoyo de Junts para obtener la presidencia del Parlament a cambio de promover una investidura fallida de Carles Puigdemont puede tener el coste del inicio de un nuevo procedimiento judicial, excluido de la amnistía actual, y una nueva causa de inhabilitación para la mesa. Sería volver a empezar porque a lo que parece que no ha renunciado Puigdemont es a las jugadas astutas que acaban en mero testimonialismo. La mesa antirepresiva que proponen (en la que curiosamente no estaría el partido de Sánchez que ha promovido la amnistía) no es más que una mesa de postureo que devolvería a Catalunya a la marmota de las presidencias efectivas y las investiduras virtuales. Algo que, como explica David Madí en esta entrevista, no se merecen ni los votantes independentistas a quienes sus dirigentes deberían respetar más. Como siempre, hay que escuchar a los sindicatos. 

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