Opinión |
Vivienda
Jordi Puntí

Jordi Puntí

Escritor. Autor de 'Confeti' y 'Todo Messi. Ejercicios de estilo'.

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Y todas las oficinas vacías?

En el distrito 22@, que iba a ser el gran centro de negocios de Barcelona, se calcula que cuatro de cada diez locales están vacíos, y los datos son similares en la Marina del Port

Barcelona tiene más de 750.000 metros cuadrados de oficinas vacías

Enric Urreta: “Ahora están vacías entre el 20% y el 22% de las oficinas del 22@”

Imagen de archivo en edificio de oficinas.

Imagen de archivo en edificio de oficinas. / Pexels

Barcelona tiene un problema. Bueno, tiene varios, pero hay uno que cada vez sale más arriba en las encuestas y no nos sorprende: la vivienda. Ahora mismo el coste de la vivienda supera ya la tercera parte de los gastos generales de un hogar y, entretanto, las administraciones no hacen nada por resolverlo. De hecho, incluso lo empeoran. Hace una semana, Junts y PSC tumbaron el decreto sobre los alquileres de temporada. Ese mismo día, la cifra de pisos de alquiler en Barcelona aumentó en casi un 25%. Yo mismo estaba consultando el portal de Idealista y vi cómo de golpe surgían los apartamentos —amueblados, de alquiler temporal de uno a once meses, a precios hinchados—, retenidos a la espera de una resolución. Pisos, claro, destinados a turistas y nómadas digitales con alto poder adquisitivo.

Sí, el problema es la vivienda, y se agrava por la escasez de vivienda social. Sin embargo, con algo de imaginación y voluntad, la situación podría mejorar, porque ¿qué hacen tantas oficinas vacías? En el distrito 22@, que iba a ser el gran centro de negocios de Barcelona, se calcula que cuatro de cada diez locales están vacíos, y los datos son similares en la Marina del Port. Asimismo, un reciente estudio de Barcelona Regional, agencia pública de planeamiento estratégico, cuenta que el 45% de oficinas de Barcelona está en áreas céntricas como el Eixample, Via Laietana. les Corts o Sant Gervasi. Y a menudo en entresuelos, principales o fincas regias que habían sido pensadas como vivienda. No hace falta ser urbanista para ver que esto no tiene ninguna lógica. En Nueva York, donde sufren una presión similar, el ayuntamiento ha lanzado un programa que facilita la adaptación de oficinas vacías como hogar y se calcula que, solo en Manhattan, se crearán veinte mil apartamentos nuevos en la próxima década. Aquí, con políticas de persuasión, se podría empezar por reconquistar para los ciudadanos las oficinas y almacenes en bloques de vecinos. A la vez, habría que estar alerta para que no se acaben convirtiendo en pisos turísticos, porque ya se sabe: en esto de la vivienda, hecha la ley hecha la trampa.

Suscríbete para seguir leyendo