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Abusos a niños

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Depredadores sexuales en casa

La mitad del abuso infantil se produce en el entorno familiar, la detección precoz es vital para frenarlo

El padre es el principal agresor cuando los abusos se dan dentro de la familia

Peluche abandonado

Peluche abandonado / Trym Nielsen | Unsplash

Hace algunos días el Defensor del Pueblo hizo público el 'Informe sobre los abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica y el papel de los poderes públicos', muy discutido metodológicamente, que ponía de manifiesto el elevado número de personas que habían sufrido abusos sexuales en el seno de instituciones vinculadas a la Iglesia católica, una triste realidad que hasta hace muy poco tiempo permanecía silenciada.

El papel de algunos medios de comunicación como EL PERIÓDICO DE CATALUNYA y la valentía de muchas víctimas han permitido hacer aflorar esta realidad así como la connivencia con que las autoridades religiosas afrontaron la situación, al tiempo que emprender un camino de restauración de las víctimas, cuando menos desde el punto de vista simbólico, ya que la justicia desde el punto de vista penal, en muchos casos, no es posible por la prescripción de los delitos. 

La Conferencia Episcopal, que permanece a la espera de los resultados de la auditoría interna que al respecto encargó hace más de un año al despacho Cremades & Calvo-Sotelo, asumió muchas de las conclusiones del estudio y reiteró la demanda de perdón, aunque denunció como engañosa la proyección de la encuesta que llevaría la cifra de afectados en el ámbito de instituciones religiosas por encima de las 400.000 personas. En esa réplica episcopal se recordaba la existencia en la misma encuesta del Defensor de otras cifras muy reveladoras sobre el abuso que han merecido menos atención. Porque si del total de abusos los que se producen en el ámbito religioso o educativo religioso se sitúan en el 10,5%, los abusos en el ámbito familiar ascienden a la escandalosa cifra del 34,01%. 

Y no hablamos de un pasado remoto o cercano (por más que incluso cuando es así, sus consecuencias las arrastren aún hoy las víctimas). Los casos reales, hoy y aquí, indican que más de la mitad de los abusos a niños se producen en casa. Este es el demoledor balance del informe anual de actividad del Equipo Emma, la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y la Adolescencia del Hospital Vall d’Hebron. El ámbito familiar, donde los niños deben ser amados, respetados y protegidos, es donde más se abusa de ellos, en la mayor parte de los casos por parte del padre o de alguna figura masculina con la que conviven, ya que el 97% de estos abusos los cometen hombres. Esta situación de cercanía, de confianza y de jerarquía favorecen la manipulación y el silencio de las víctimas y las dejan en una clara situación de indefensión y vulnerabilidad. 

Insistir, por tanto, en la necesidad de una educación afectivo-sexual desde muy temprana edad (no solo en el seno familiar) y en enseñar a los niños qué conductas resultan aceptables y cuáles no, así como en la necesidad de denunciar los abusos cuando se producen, trasladando la situación a las personas más cercanas, resulta fundamental para prevenir y para combatir los abusos cuando estos se producen. El impacto en la salud física y mental de esos niños es enorme, por lo que la detección precoz resulta de vital importancia para garantizar su recuperación. De lo contrario, el trauma, y una injusta sensación de estigma y culpa pueden acompañarlos toda la vida y a la larga reproducir las conductas de las que han sido víctimas.