'Barceloneando'

Villarejo, alcohol y fiestas

Pere Navarro, Blanca Sorigué y la saxofonista Anastasia McQueen, en la Barcelona New Economy Week.

Pere Navarro, Blanca Sorigué y la saxofonista Anastasia McQueen, en la Barcelona New Economy Week.

Joan Vehils

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Para que una fiesta sea un éxito hay cuatro factores que suelen ser determinantes: los anfitriones, el espacio, la comida y la música. Pues los cuatro estuvieron de sobresaliente en la fiesta de la Barcelona New Economy Week (BNEW) celebrada en las instalaciones del DFactory. Vayamos por partes. El delegado del Consorcio de la Zona Franca, Pere Navarro, y su directora general, Blanca Sorigué, son los anfitriones perfectos. Muchas instituciones deberían aprender de su ‘savoir-faire’.

Respecto al espacio, uno descubrió un lugar único. Es verdad que la zona franca no tiene el glamur del paseo de Gràcia, pero la terraza del DFactory es única y con vistas a un nuevo 'skyline' de la ciudad. Respecto a la comida: un diez en organización y en calidad.

La coordinación gastronómica corrió a cargo de Cal Blay. Santi Carda, propietario de esta empresa de restauración especializada en eventos, bodas y banquetes y con restaurantes, controló hasta el último detalle. El 'stand' del restaurante chino Shanghai fue de los más solicitados. El propio Josep Maria Kao, como siempre al pie de cañón, estuvo acompañado del chef, Nathan Minguell.

Asistieron, entre otros, el presidente del Cercle d’Economia, Jaume Guardiola, a quien vimos charlar con el presidente de Pimec, Antoni Cañete. Conversé también con el presidente de Barcelona Centre Disseny, Lluís López Barrena, y estuvo la teniente de alcalde Laia Bonet y el delegado del gobierno Carlos Prieto. No se lo perdió el líder del PP en Barcelona, Daniel Sirera, el político que más activo está desde las municipales.

La sorpresa positiva de la noche fue la música a cargo de la saxofonista Anastasia McQueen. Apareció entre los presentes y animó la fiesta como nadie. En Ibiza la conocen como la reina del saxo y lo cierto es que es todo un espectáculo. Por cierto, que en la BNEW participaron más de 12.000 profesionales y año tras año se consolida como el evento de referencia de este sector en Europa.

De izquierda a derecha: la vicepresidenta de la 37 Copa América Aurora Catà, el director ejecutivo del evento Gran Dalton, el empresario Jaume Sabater, y el presidente del Port de Barcelona Lluís Salvadó.

De izquierda a derecha: Aurora Catà, vicepresidenta de la 37 Copa América; Gran Dalton, el director ejecutivo del evento; Jaume Sabater, máximo inversor del proyecto; y Lluís Salvadó, presidente del Port de Barcelona. / EPC

De la Zona Franca al puerto

La puesta de largo del America's Experience en el Port Vell también fue lucida. Eso sí, alguno de los anfitriones era poco conocido. Sobre todo, Jaume Sabater, el máximo inversor del proyecto. Sabater es un empresario suizo con familia en Andorra, CEO de Stoneweg y alma mater del proyecto. La suerte es que, en la recepción, al margen de Gran Dalton, estaba la vicepresidenta de la Copa América, Aurora Catà.

Y, claro, con Aurora, todo es más fácil. Sin ella y sin algunos empresarios privados que salen poco en la foto como, Dani Puig, difícilmente la Copa América estaría hoy en Barcelona. La alfombra roja fue interminable y el circuito que propone la America’s Experience muy interesante. Como fue interesante también sentarse en el viejo y abandonado cine Imax, ahora modernizado con una pantalla brutal.

Sería imposible enumerar a todos los presentes como casi imposible fue resistir tantos discursos previos a la visión de la película de la Copa América. Vimos, en un ambiente que no es el suyo, a la abogada, Olga Tubau. Sí, la letrada que triunfó con la defensa de Trapero y que todo apunta a que hará lo mismo con Rubiales. El presidente del RCNB, Jordi Puig; Rocio de Aguilera, de Sport Cultura; Elena Foguet, de la Roca Village; Bea Ferrer SalatJose Maria Xercavins o el abogado Joan Roca, de Rocajunyent, fueron otros de los asistentes.

Villarejo sin alcohol

He dejado para el final la visita del comisario Villarejo a Barcelona para realizar la entrevista con Jordi Basté y Artur Mas. Llegó en AVE. Sin nadie que le acompañara, sin su habitual e icónica boina y sin sus gafas oscuras. O sea, que no levantó suspicacia alguna. Dicen que el Villarejo calvo es prácticamente irreconocible. Comió junto a Basté y Jordi de Planell en el restaurante Nectari, muy cerca de la estación.

Fue un almuerzo tranquilo donde degustaron el fantástico menú del chef Jordi Esteve. Lo más sorprendente, al menos para uno, que tenía otra imagen del policía, es que pidió cerveza sin alcohol. Pues sí, Villarejo no bebe alcohol. Comentan incluso que ni en la intimidad. Imagino que de ahí su memoria...

Se desplazaron luego a un hotel para realizar la entrevista y el resto ya lo escucharon. Poco más, al margen de todas las demandas, querellas y similares que ya están en marcha tras su encuentro con Basté…

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