¿Y si la llave de Sánchez estuviera en Valencia?

El mercado persa en que se están convirtiendo las negociaciones para que los presumibles compañeros de viaje de Pedro Sánchez le acaben dando su apoyo llega a todas las esquinas de la península y las islas. Se están poniendo sobre la mesa amnistías o vaya usted a saber cómo se le acabará llamando, repartos de ministerios, inversiones en infraestructuras diversas, subvenciones a amigos y conocidos, traspasos de gestión, acuerdos fiscales y múltiples promesas. A cada una más singular.

Un ejemplo del 'qué hay de lo mío' ocurre en la Comunidad Valenciana. Esta semana, a propósito de la presentación del suplemento (y página web) 'Activos' de Prensa Ibérica en Valencia, el flamante nuevo presidente de la Generalitat, Carlos Mazón (PP), volvió a insistir, en público y privado, sobre la necesidad de ampliar el puerto de esa ciudad, el primero del Mediterráneo en transporte de contenedores. Es una demanda del mundo empresarial valenciano que está sobre la mesa del Gobierno central, que tiene la última palabra. Puertos del Estado, así se llama el ente que controla los puertos españoles, depende del Ministerio de Transportes. Tiene su sede en Madrid. Imagino que será por el transporte fluvial que se genera en el río Manzanares.

Resulta que los cuatro representantes de Compromís/Sumar que salieron como diputados por la Comunidad Valenciana se oponen a la ampliación del puerto por razones medioambientales. Totalmente coherente con un programa económico que apuesta por el regreso a la edad de las cavernas y que considera la creación de riqueza y empleo perjudicial para la salud del ser humano. Estos han pedido a la lideresa de Sumar, Yolanda Díaz, que obligue a Pedro Sánchez a negarse a ampliar el puerto si quiere sus votos. El PSPV, socialismo valenciano, apoya la ampliación.

¿Qué ocurrirá? Nadie imagina que en medio del rifirrafe negociador en que nos encontramos, vayan a ser precisamente los representantes de Compromís/Sumar los que impidan que Sánchez sea investido a propósito de el Puerto de Valencia. Sin embargo, hay una segunda derivada donde intervienen los 'junteros' de Puigdemont y ERC. En Valencia sospechan que detrás de las bambalinas de los acuerdos del PSOE con los separatistas catalanes, estos (o algunos de estos) pidan al PSOE que no amplíe el de Valencia por aquello de la competencia con el puerto de Barcelona. Preguntado un relevante miembro de Junts, niega la mayor.

Imagino que Valencia acabará ampliando su puerto y que a los socios valencianos del PSOE-PSPV se les acabará compensando de otra manera: siempre hay panes y circos. Lo que sigo sin imaginar, y ya son muchos años, es que algún día podamos ir desde Barcelona en alta velocidad a Valencia y Alicante, tercera y quinta provincias de España en número de habitantes. La lentitud, producto de la desidia y la falta de interés político prioritario, en la construcción del corredor ferroviario del Mediterráneo, debería hacer palidecer algunos rostros.

Buen y feliz viaje.

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