Opinión | En los próximos 45 años

Berta Aznar

Berta Aznar

Profesora de Blanquerna-Universitat Ramon Llull

¿Cómo serán las familias?

Los cambios en las estructuras y roles no se detendrán, pero la esencia y las funciones básicas permanecerán porque, además de su rol como institución social, la familia cubre las necesidades afectivas básicas de las personas durante la infancia

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El futuro de las familias

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La familia como institución social ha sido protegida por la gran mayoría de estados a lo largo de la historia como grupo primario que garantiza la reproducción de la especie humana, puesto que proporciona la estabilidad necesaria para la supervivencia y cría de la progenie y su inclusión en un modelo social determinado, a través de las interacciones y aprendizajes que se dan en el núcleo familiar.

En las últimas décadas, especialmente en las culturas occidentales, los valores tradicionales de la familia asentados en el matrimonio entre un hombre y una mujer para toda la vida con el objetivo principal de tener descendencia han entrado en crisis. Varios cambios sociales como la visibilización y aceptación de las diversas orientaciones sexuales, la legalización del divorcio, la diversificación de las metas vitales individuales alejadas de la procreación, los cambios en el modelo de relación de pareja y las reivindicaciones feministas han ampliado el concepto clásico de lo que es una familia y los roles de cada miembro. Así pues, actualmente se van aposentando nuevas tendencias en la mayoría de familias como la compatibilización de la vida profesional y familiar en las mujeres, una mayor corresponsabilidad doméstica por parte de los hombres o la reducción del número de hijos/as por familia y, al mismo tiempo, modelos de familia mucho más diversos como las familias monoparentales, familias reconstituidas, familias con hijos adoptados o en acogimiento o familias donde los progenitores tienen el mismo sexo, entre otros.

¿Qué cambios podemos esperar en los próximos 45 años? ¿Puede que desaparezca el concepto de familia, tal y como lo conocemos hoy? Sin duda, los cambios en las estructuras y roles de la familia no se detendrán aquí, pero la esencia y las funciones básicas permanecerán porque, además de su rol relevante como institución social, la familia cubre también las necesidades afectivas básicas de las personas durante la infancia, y también en la vida adulta.

El ser humano tiene la necesidad de sentir amor, dar y recibir cariño y crear relaciones estables basadas en la confianza y la intimidad. La familia (y la pareja), por sus características intrínsecas de relación, proximidad y convivencia, es el grupo social donde pueden ejercerse de forma más óptima estas funciones. Desde los diversos modelos de familia y los roles particulares de cada grupo familiar se pueden satisfacer estas necesidades si cada miembro provee de un cuidado sostenido a los demás y existe la voluntad de mantener y prolongar el vínculo entre las personas que forman parte.

En cuanto al cuidado de los demás, las necesidades físicas y emocionales variarán según la situación familiar y las circunstancias de cada miembro y, por tanto, es necesario adaptar y ajustar la relación. Las necesidades de los hijos requieren de una satisfacción más inmediata y sistematizada por parte de los adultos y, por ello, sobre todo en los primeros años de vida habrá que priorizar su atención. Respecto a la intencionalidad de mantener a largo plazo el vínculo, esto no implica mantenerlo a cualquier precio, puesto que una relación no satisfactoria en el modelo de pareja familiar genera sufrimiento en todos los miembros. Además, la aceptación social de las rupturas de pareja por parte de cualquier miembro puede actuar como factor protector de la relación, ya que obliga a ambas personas a cuidar el vínculo para conservar la relación.

En un mundo en el que la individualidad, la competitividad y la fugacidad son los valores imperantes, en detrimento de la relación, la cooperación y la reciprocidad, la familia es más necesaria que nunca para que los niños y niñas interioricen estos valores que les acompañarán el resto de su vida en la relación consigo mismos y los demás. Los grupos familiares, modelos de familia y roles deben evolucionar a la vez que lo hace la sociedad para dar respuesta a las necesidades reales, pero las funciones esenciales de la familia nunca podrán ser sustituidas por ninguna otra modalidad de relación.