Opinión |
Investidura
Joaquim Coll

Joaquim Coll

Historiador

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Dénselo todo, y acabemos ya

Como PSOE y PP son incapaces de acordar nada entre ellos no tienen más remedio que fiar sus opciones al apoyo de las fuerzas soberanistas o separatistas

Sumar reivindica la vía de la amnistía: "Tiene encaje constitucional"

Junts incluye a Laura Borràs en su petición de amnistía para los delitos del procés

Esteban González Pons.

Esteban González Pons. / M. A. MONTESINOS

Los populares desearían hablar de la investidura con Junts porque, según González Pons, vicepresidente del PP, “es un grupo parlamentario que al igual que ERC, más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, las que fueran, llevaran a cabo, representan a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda.” Junts ha pasado así de ser una fuerza golpista a un partido respetable. ¿Qué no estarían dispuestos los populares a concederles a cambio de esos cuatro diputados que les faltan, si no fuera porque la presencia de Vox desbarata todas las opciones, tanto con Junts o como con el deseado PNV? Mientras tanto, Pedro Sánchez se dispone a conceder la amnistía a Carles Puigdemont por pura necesidad, que no por convicción, pues de lo contrario ya lo habría hecho en la pasada legislatura. En definitiva, como PSOE y PP son incapaces de acordar nada entre ellos no tienen más remedio que fiar sus opciones de investidura al apoyo de las fuerzas soberanistas o separatistas. Y lo que ayer se decía que era imposible, como la amnistía, ahora ya no lo es, y se prepara el argumentario para justificarlo como un “bálsamo o alivio por las penas del procés” y la mejor manera para solucionar un problema de delincuencia política. La amnistía no llegará como resultado de un proceso de reconciliación entre las partes, con el separatismo haciendo algún acto contrición por sus tropelías, sino fruto del chantaje para obtener una investidura.

Una vez se ha normalizado el chantaje, lo mejor es que las llamadas fuerzas constitucionalistas acuerden concederlo todo, ahora la amnistía y en cuanto sea imprescindible para otra investidura también la autodeterminación. Y así se habrá solucionado el 'problema político' que está en el origen de esos delitos que ahora ya no lo serán (y nunca lo fueron, amnistía mediante). ¡Qué importa la letra o el espíritu de la Constitución! Con ello, el PSOE se garantizará esta legislatura y la siguiente, y el PP podrá gobernar casi a perpetuidad una vez que Catalunya se haya segregado del resto de España. Y todos contentos. Bueno, todos, todos no, pero qué más da. 

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