Cuanto peor, peor
La abstención de las izquierdas y del independentismo puede llevar a PP-Vox a la mayoría absoluta
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Una persona mete su voto en la urna en un colegio electoral. / A. Pérez Meca - Europa Press
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Camil Ros
Secretario general de la UGT de Catalunya
En Catalunya las políticas de gobierno del Estado se ven distinto que en el resto del Estado. Aquí las políticas sociales y democráticas han sido buenas, y las críticas son por ser insuficientes, no por estar en contra.
Por una parte, el Gobierno de izquierdas, con la mayoría de la investidura, no ha llegado lo bastante lejos; por otra parte, ha hecho demasiado. Y para unos terceros, se ha iniciado un buen camino que hay que continuar. Entre el todo o el nada, el mejor camino es el gradual, tanto social, económica y democráticamente.
Pese al ruido político, desde 2020 ha ganado el diálogo político y social. Es más fácil gritar y estar en desacuerdo, pero es más útil dialogar y llegar a acuerdos. Así es como se construyen sociedades democráticas y de bienestar.
En el diálogo social, hay dos acuerdos clave: la reforma laboral y las pensiones. El primero aporta estabilidad laboral a la contratación nunca vista hasta ahora, y el segundo, dignifica las pensiones y permite recuperar poder adquisitivo con un aumento de hasta el 8,5%. Y sin olvidar el salario mínimo, en 2018 –Gobierno de derechas– eran 735 euros y en 2023 son 1.080 euros.
En el diálogo político y democrático, los indultos han sido claves para iniciar el proceso de diálogo, y encontrar soluciones individuales, y seguir dialogando para buscar soluciones colectivas. Sin olvidar la ley de memoria histórica y la derogación del artículo 315 que perseguía el derecho de huelga.
No conozco un caso en que gobierne la extrema derecha y/o la derecha y se viva mejor social y democráticamente que antes de que gobernaran. Hungría, Brasil, EEUU e Italia, o España con Aznar y Rajoy con ejemplos. Quizás unos cuántos vivían mejor, pero la mayoría no.
Me pregunto por qué a ciertos poderes económicos no los preocupa el aumento de la extrema derecha. Les debe ir bien, pese a las desigualdades y el conflicto social que generan y que frenan los progreso social y democrático, y volverán los recortes sociales y de enfrentamiento social y territorial. Cuando gobiernan las izquierdas los derechos mejoran, hay reparto de la riqueza y una fiscalidad justa, y va en contra de los beneficios especulativos. La extrema derecha es la cómplice necesaria de ciertos poderes, porque las reglas democráticas no benefician a ninguno de los dos. Unos por sus políticas totalitarias, los otros porque a más desregulación política, más poder y más beneficios.
Ante las elecciones del 23J, hay un discurso catastrofista –PP y Vox sumarán–, pero frente al catastrofismo hay que movilizarse. En las últimas elecciones la abstención afectó a las izquierdas, y hay que activar la movilización porque es posible continuar en el camino del progreso social y democrático.
Si dudamos, ellos ganan. SI movilizamos, ganamos. Cuanto peor es mejor, no es este el camino, ya sabemos que cuanto peor es peor. La crisis de 2008 y sus recortes sociales son el ejemplo de que peor es peor.
Dicen que en Catalunya, la gente está movilizada contra la extrema derecha, que los resultados de PP-Vox serán bajos, pero hay tres papeletas que los pueden hacer ganar: la del PP, la de Vox y la de la abstención. Imaginemos que a PP-Vox les va la mayoría absoluta de dos diputados, este es el crecimiento que tienen en Catalunya. La abstención de las izquierdas y el independentismo les puede llevar a la mayoría absoluta.
Aprovechemos estos días para profundizar el debate, y no caigamos en su trampa del pim-pam político. No es que PP-Vox no tengan programa, es que no nos lo quieren explicar porque los recortes sociales y democráticos no dan votos y la bronca política, sí.
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