Apunte

El euríbor y otros tipos

Nadia Calviño preside la reunión con las patronales bancarias, las asociaciones de usuarios financieros

Nadia Calviño preside la reunión con las patronales bancarias, las asociaciones de usuarios financieros / EFE / Juan Carlos Hidalgo

Agustí Sala

Agustí Sala

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Maldito euríbor! No para de subir y de encarecer las hipotecas a interés variable. Sí, sí esas a las que la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, quería aplicar una prórroga automática de tres años, una propuesta que rechazaron de plano el Banco de España y las entidades financieras. En España hay unos cinco millones de hipotecas para la compra de vivienda, de las que 3,7 millones son a tipo variable ligadas al euríbor, como referencia para su actualización que suele ser anual.

Con los niveles actuales, los nuevos préstamos para adquirir vivienda se están poniendo muy caros. El acceso a financiar la vivienda se complica y se refleja en el ritmo de crecimiento del sector inmobiliario. Y este ascenso del euríbor también lo notan mucho aquellos individuos y familias que están aún en el primer tercio de duración del préstamo, una etapa en la que pesan más los intereses que el capital que se amortiza.

Hay unos 2,77 millones de hipotecados, a los que les impactará especialmente el encarecimiento de esta referencia con aumentos de más de tres puntos porcentuales más el diferencial que tengan pactado en sus contratos. Hasta abril del año pasado, el euríbor era negativo. Y lo fue durante unos seis años. La subida no podía ser más abrupta.

Una vez que el euríbor podría estar cerca de tocar techo, a no ser que el BCE se vea forzado a más y mayores subidas de los tipos de interés, debería estar cercas el momento de que se haya alcanzado el suelo para otros tipos, los de los depósitos, los del ahorro más conservador, y que empezaran a subir de verdad.

Aún sobrados de liquidez pese a la devolución de los préstamos en condiciones ventajosas de los que se han beneficiado y con el margen entre la media a la que prestan y aquella a la que retribuyen aún en cotas históricas, cada vez se acerca más la hora en la que la gran banca empiece a ofrecer intereses más atractivos y acordes con el nivel actual que, en la actualidad solo ofrecen algunos de ellos a los mejores clientes o solo proponen entidades pequeñas y medianas.

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