Movilidad

Transporte asequible y sostenible

La reconquista del espacio público para el peatón y la sensibilidad ambiental son ya valores compartidos

Un usuario pasa su T-Usual para entrar en el metro de Barcelona

Un usuario pasa su T-Usual para entrar en el metro de Barcelona

Editorial

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EL PERIÓDICO ha puesto en marcha, con las elecciones municipales en el horizonte, el espacio de participación 'Barcelona Entretodos'.

Los vecinos de la ciudad han identificado de forma reiterada, en los barómetros municipales que toman periódicamente el pulso de los intereses y preocupaciones de la ciudad, los cinco principales retos a los que se enfrentan. Son la inseguridad, la limpieza, el acceso a la vivienda, el turismo y la movilidad. Estos días los lectores pueden participar y valorar una batería de propuestas en el campo del turismo, como lo han hecho ya en el de la movilidad, un ejercicio del que ya se pueden desprender algunas conclusiones.

En el marco político, el debate en este ámbito está prácticamente monopolizado por el apoyo o rechazo a las diversas medidas disuasorias del uso del automóvil privado en el centro de la ciudad. Y también por algunas iniciativas como la conexión de las redes de tranvía a lo largo de la Diagonal. Pero la participación de los lectores abre el foco a un panorama más amplio y diverso. La demanda de una red de transporte público de calidad y accesible económicamente destaca entre todas las propuestas planteadas, con la rebaja del precio de la T-Casual a través de una fórmula de esponsorización como la que más apoyo recibe. Una muestra de que, pese a la apuesta por los abonos T-Usual y la T-Jove en el último mandato, siguen habiendo usuarios habituales pero esporádicos para cuyos hábitos de movilidad se ajusta más, pese a estar actualmente penalizada en sus tarifas, la fórmula que sustituyó a la cancelada T-10.

Quizá los intereses de los residentes en Barcelona (y cuyo voto está en juego) no sean necesariamente los mismos que los de quienes solo se trasladan a la ciudad por motivos de trabajo y estudio y pueden verse afectados por restricciones a la movilidad que, en cambio, benefician a los vecinos. Estos últimos tienen su peso en la formación de la opinión pública pero no en los resultados electorales o los barómetros de opinión, un aspecto que a veces se olvida. El rechazo a las medidas de pacificación a través de ‘superilles’ y la reversión de las medidas contra el coche privado, por ejemplo, apenas ha suscitado adhesiones entre los participantes en el debate desarrollado en la web del diario. Muchas menos que la de potenciar los 'park & ride', que permitan estacionar el vehículo privado junto a estaciones de transporte público para acceder al interior de la ciudad utilizando este. 

Con todo, que la realidad del debate en la ciudad tiene muchos matices más allá de las simplificaciones lo demuestra la segunda iniciativa con más apoyo: ante las restricciones al uso del vehículo privado, un manifiesto reclama promover, en cambio, la movilidad en vehículos eléctricos en todos sus formatos, desde los patinetes y bicicletas a las motos y automóviles. La reconquista del espacio público para el peatón y la sensibilidad ambiental son ya valores más que compartidos, aunque no necesariamente se comparta que las recetas aplicadas sean las únicas posibles. Como sucede también con el eco recibido por la petición de volver a impulsar la recuperación de las manzanas interiores del Eixample, una de las medidas alternativas planteadas desde los sectores más reticentes al modelo de los ejes verdes en la trama de Cerdà.