Hay que comer de todo
Hace poco me enteré de que existe una aplicación de citas solo para veganos y creo que simboliza a la perfección el estrechamiento progresivo que el uso de las redes sociales está provocando en la vida de millones de personas
![Apps veganas](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/3d83fe9a-d5f2-4396-a5ee-0145bb4abb15_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Apps veganas
![Carles Francino](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/683eb181-595f-4d4b-942b-29195f09edaf_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
![Carles Francino](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/683eb181-595f-4d4b-942b-29195f09edaf_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
Carles Francino
Periodista
Carlos de Hita es el gran sonidista de la naturaleza en España. Y de la vida en general. Lleva años tomando el pulso sonoro a animales, bosques, montañas, ciudades, ríos…Su último gran trabajo es un libro delicioso, un viaje de oídas titulado 'Sonidos del mundo', en el que conviven el runrún de las piras funerarias en la India y los conciertos de millones de aves en el Ártico.
El otro día en la radio jugábamos a pedir deseos tecnológicos para el futuro y alguien habló de volar; también salió la posibilidad de teletransportarse, pero él tuvo los redaños de decir: “yo quiero que desaparezca Internet”. Era una provocación, claro, pero invita a reflexionar. Hace poco me enteré de que existe una aplicación de citas solo para veganos. Se llama Grazer (herbívoro) y creo que simboliza a la perfección el estrechamiento progresivo que el uso de las redes sociales está provocando en la vida de millones de personas.
Lo que llegó como la gran revolución comunicativa global ha derivado en una atomización galopante. Ya somos una especie de archipiélago en el que los habitantes de cada isla van a su bola y no quieren saber nada del vecino. El periodista Ricardo de Querol lo ha definido como 'La gran fragmentación', en otro libro que acaba de publicarse, donde recuerda que ese tribalismo está auspiciado por gigantes empresariales que comercian con nuestros datos. En fin, yo ya sabía que Tinder y similares disponen de filtros por sexo, edad o distancia, que parecen lógicos; y que después, en los perfiles, son frecuentes los avisos del tipo: “fachas, abstenerse” y “perroflautas, no”. Eso también se entiende porque facha y perroflauta representan el destilado de todas las inquinas, obsesiones, prejuicios y estereotipos en las dos Españas del siglo XXI. Pero este negacionismo militante ante la posible conexión sentimental -o lo que sea- entre feligreses del chuletón y apasionados del brócoli, confieso que ya me descoloca del todo. Creo que cerrarnos como una ostra a lo que no conocemos nos vuelve más ignorantes, menos tolerantes y -lo que es peor- infinitamente aburridos.
Suscríbete para seguir leyendo
- Esta fruta no la come casi nadie, siempre está en los supermercados y está llena de proteína y antioxidantes
- La nueva multa de la DGT a quien no lleve esto en el coche a partir de agosto
- El apellido de origen gitano que tienen más de tres millones de españoles
- Crisis en una escuela compleja de Badalona: pierde a 20 profesores de un plumazo tras el proceso de estabilización docente
- ¿No sabes qué hacer con tanto calabacín? Tres recetas para aprovecharlos
- Vecinos de Sants piden al Ayuntamiento de Barcelona que compre su bloque para no quedarse sin alquiler
- Un brote de salmonelosis en un bar de Barcelona deja al menos 22 afectados tras comer tortilla de patatas
- Muere de forma violenta la influencer Catalina Gutiérrez a los 21 años