APUNTE

Malmeter, insultar, desprestigiar...

Òscar Grau y Bartomeu, en la ciudad deportiva del Barça.

Òscar Grau y Bartomeu, en la ciudad deportiva del Barça. / Getty

Albert Guasch

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Los whatsapp reproducidos por este diario son una ventana abierta a la pésima concepción que la anterior directiva tenia de los pesos pesados del Barça. También una ventana de par en par a la bajeza con que se llevaba el club y al clima insoportable de animadversión hacia tantos enemigos reales e imaginarios que se instaló en las oficinas barcelonistas.

Todo lo que sabíamos a cachitos aparece en toda su desnudez en algunos mensajes internos descarnados, irrespetuosos al máximo con las leyendas del club y que son en realidad un insulto más para quien los pronuncia, por lo que dicen de sus formas y su catadura, que para los objetos de su ciega ira. Aparte de bajeza, trasluce el intercambio de mensajes en el núcleo duro de Bartomeu mucha frustración por su incapacidad sabida de conectar con las estrellas del equipo y llegar a acuerdos, en particular en los momentos de crisis de la entidad.

Ellos, que les habían elevado a la estratosfera salarial, se indignan sobremanera porque no aceptaban revisar sus contratos firmados. ¿Malcriados e insensibles, como se les llama en algún correo interno? Posiblemente, pero no parece el autor y sus oyentes los más autorizados a decir eso.

En los insultos hay mucho salseo azulgrana, claro, y aparece alguna supuesta exigencia de Messi que le dejaría en muy mal lugar de ser cierta: la reclamación a Bartomeu de que puede bajar los sueldos a los demás pero que no toque el suyo ni el de su amigo Luis Suárez. “El mític wa” (por whatsapp), del que habla el lenguaraz e incendiario Román Gómez Ponti, el que fuera responsable de los servicios jurídicos del club -oscuro personaje-, ante la blanda aquiescencia del propio Bartomeu. 

Guerra sucia devastadora

Pero siendo toda lo llamativo que se quiera el veneno que circulaba en el núcleo duro del expresidente hacia los jugadores (típico de todas las juntas, eso no es exclusivo de la anterior: en todas se ha malmetido y se malmete) aquí lo relevante judicialmente es que los Mossos elevan sus sospechas hacia tres de los imputados por el Barçagate en la revelación de los contratos de Messi y Piqué. Unos contratos divulgados en su día por 'El Mundo' que dieron mucho de qué hablar, aunque por lo leído en los mensajes que figuran en el nuevo informe policial el expresidente parece el menos responsable. Parece. "Hace mucho daño al Barça", escribe a su grupo de whatsapp de confianza.

En cualquier caso, bajo su presidencia, eso queda muy claro, su entorno íntimo desató una guerra sucia sin precedentes hacia los futbolistas que no se limitó a mensajes despectivos en redes sociales vía servicios bien remunerados (germen del Barçagate) sino que pudo proseguir con la divulgación de datos profesionales que son privados. Un presunto delito de revelación de secretos. Este miércoles circulaban comunicados de desmentidos de los señalados. Ya se verá qué dicta la justicia.

Lo de los mensajes en busca del desprestigio no se limitan a los futbolistas, también se dirigieron a los entonces candidatos presidenciales, como se lee en la nueva documentación de los Mossos. Al final, tanto malmeter, ¿para qué? Bastante triste.

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