Opinión |
Artículo de Álex Sàlmon

Diadas excluyentes

Estos últimos años muchos catalanes, catalanistas o no, fueron expulsados de la fiesta que reivindica la Historia de un territorio hasta acabar abandonando el guateque

Las fotografías de los lectores de la manifestación de la Diada.

Las fotografías de los lectores de la manifestación de la Diada. / JAIME CUSIDÓ MORRAL

Álex Sàlmon

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La previa de la Diada de este año no tiene sonrisas, más bien todo lo contrario. El independentismo ya está tan dividido hasta para montar la fiesta de la que se apropiaron. En los años 80, y también 90, el 11 de setembre era una jornada de festividad conjunta, aunque jamás unitaria. El 2010 fue el último intento, cuando el 'president' Montilla tuvo que salir por piernas de la concentración en paseo de Gràcia.

En 12 años, el espíritu de la revolución “dels somriures” se ha transformado en el “aquí yo tengo razón y los demás no”. Es lo que tiene el autoengaño, creyendo que el estado de opinión general es uno y sólo ese.

Se produce otra situación de quiebra mucho más profunda y que conduce a la evidencia de que fueron los partidos, a través de las asociaciones movilizadoras, ANC y Òmnium, los que impulsaron el conocido ‘procés’. El resumen sencillo sería que la ANC está controlada por JxCat y Òmnium por ERC. Se entiende que las conclusiones tan mínimas tienen sus claroscuros. Es mucho más complicado. Pero el posicionamiento de las fuerzas políticas así lo evidencia. Sobre todo, ante las críticas de algunos dirigentes de ERC contra la manifestación de la ANC.

Las declaraciones de Oriol Junqueras han sido concluyentes. No han dejado un ápice para la duda. Si retorcemos el término “excluyente” podemos concluir con la idea del sectarismo. ¿Es sectario quien excluye? El lector tiene la respuesta. Pero no sería una sorpresa.

Las Diadas de los últimos años han sido excluyentes y, por lo tanto, sectarias. Por ello, nadie puede rasgarse las vestiduras. Muchos catalanes, catalanistas o no, fueron expulsados de la fiesta que reivindica la Historia de un territorio hasta acabar abandonando el guateque.

Queda lejos cuando la mayoría de los ciudadanos colgaban sus 'senyeres' en el balcón como un acto festivo y de encuentro. Lejos queda el chocolate con melindros en el Palau de la Generalitat o en Pedralbes las mañanas de la Diada, cuando instituciones de todo tipo se reunían para celebrar el sentido de cultura y de país. ¡Qué lejos queda!   

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