Opinión |
Virus a la baja
Editorial

Editorial

Los editoriales están elaborados por el equipo de Opinión de El Periódico y la dirección editorial

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El fin de las mascarillas

Eliminar la obligación de llevar tapabocas en interiores se impone como una medida que muchos expertos aconsejan «por necesidad social»

¿Estamos muy cerca de quitarnos las mascarillas en interiores? Esto dicen los expertos

¿Estamos muy cerca de quitarnos las mascarillas en interiores? Esto dicen los expertos

En unos momentos en que ya estamos en condiciones de hablar de una “gripalización” del covid para que pase a ser una patología respiratoria como los demás, la necesidad de eliminar la obligación de llevar mascarilla en interiores se impone como una medida que muchos expertos aconsejan “por necesidad social” y como símbolo explícito de un retorno efectivo a la normalidad. El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas ya han acordado cesar en el recuento meticuloso de positivos, con una vigilancia del tipo “centinela” para estar pendientes de las variantes y con un seguimiento de casos graves, pero sin el rastreo continuado que hasta ahora se llevaba a cabo. Este mismo miércoles, por ejemplo, dejará de estar operativa la red de rastreadores en Catalunya, y aunque se está produciendo un leve repunte de casos, la incidencia en la presión asistencial no se ha incrementado.

Sin lanzar las campanas al vuelo y siempre atentos a la evolución de la transmisión comunitaria, más aun en los colectivos especialmente vulnerables, lo cierto es que el paso siguiente es la retirada de las mascarillas, como ya está ocurriendo en otros países de nuestro entorno. En Francia, dejarán de ser obligatorias el próximo lunes, como en Holanda (restringidas al transporte público y en equipamientos sanitarios y residencias), mientras que en el Reino Unido o Dinamarca ya no lo son en ningún caso, más allá de las pautas que ya estaban presentes antes de la pandemia. El ‘conseller’ de Salut, Josep Maria Argimon, que promovía la retirada primero en el entorno escolar, ya se ha manifestado a favor de una “normalización” general, una decisión que, según él, ya empieza a ser “urgente”.

Estabilidad epidemiológica

Cabe recordar, sin embargo, que a diferencia de otras medidas que son responsabilidad de las comunidades (como el uso del pasaporte covid o los aforos públicos), el uso de la mascarilla viene regulado por un Real Decreto al que deben atenerse todas las administraciones. La irrupción en diciembre de la variante ómicron introdujo de nuevo –y hasta principios de febrero– el uso incluso en exteriores (una opción muy criticada entonces), pero la estabilidad epidemiológica que hoy vivimos aconseja el anuncio inmediato del levantamiento de la restricción del tapabocas, una medida que, según el presidente Pedro Sánchez “llegará muy pronto” y que, en palabras de la ministra de Sanidad, “está cada vez más cercana”.

En la última reunión del Consejo Interterritorial de Salud celebrada el jueves, no se llegó a un consenso sobre el tema, pero es previsible que el Gobierno español (algunas voces hablan incluso de este mismo domingo en la conferencia de presidentes) proclame el fin de una constricción que nos ha acompañado prácticamente desde hace dos años. Hay que ser cautos, por supuesto, y apelar ante todo al sentido común y a la propia responsabilidad individual ante situaciones en las que la mascarilla seguirá siendo recomendable. No solo en ámbitos como los grupos de riesgo, las residencias de la tercera edad o entre colectivos vulnerables, sino también en casos en los que la sensatez aconseje una mínima protección sanitaria. No podremos afirmar que la pandemia es solo un recuerdo, pero desde la perspectiva simbólica de la ciudadanía dejar de lado las mascarillas como norma habitual será un paso decisivo.