Alcemos la voz, alcémonos por la paz
No podemos permitirnos caer en el desánimo. La lucha por la libertad es necesariamente esperanzadora porque el objetivo lo es. Y libertad es justicia y equidad
![Manifestacion contra la guerra en Barcelona](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/9a7a9c1b-04bd-4b11-aacd-27b9e2d4e5b0_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Manifestacion contra la guerra en Barcelona / Elisenda Pons
![Núria Iceta](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/a5099a9a-47a3-4283-94c3-f6ba565d2099_source-aspect-ratio_default_0.jpg)
Núria Iceta
Editora de 'L'Avenç'
Núria Iceta
Es 8 de marzo y la lucha feminista es hoy más que nunca también una lucha por la vida y la dignidad, por la justicia, por la libertad, por el desarrollo de todas las personas en igualdad de condiciones. ¿Cómo no pensar en Ucrania? ¿en Melilla o en Afganistán? Miremos hacia el norte, miremos hacia el sur, miremos a nuestro alrededor. Las imágenes que nos llegan al móvil me incomodan porque no sé cómo gestionar este horror... ¿qué podemos hacer nosotros desde aquí, con nuestro Twitter de sofá? No podemos permitirnos caer en el desánimo. La lucha por la libertad es necesariamente esperanzadora porque el objetivo lo es. Y libertad es justicia y equidad.
En las plazas, el miércoles, alzábamos la voz contra la guerra. En las plazas, el domingo, alzábamos la voz por la dignidad y la igualdad de las mujeres en la Iglesia. En las calles, saldremos este martes para reclamar el fin de las violencias contra las mujeres, para exigir que podamos vivir en libertad y en pie de igualdad con los hombres en todas las dimensiones de la vida. Quizás no es mucho, quizás no sea suficiente.
En los últimos días he compartido una inquietud con varias personas, en algunas de estas concentraciones: ¿dónde están los jóvenes? Nada será igual después de la pandemia, está claro, y todavía no sabemos quién y cómo pagará más las consecuencias de estos dos años de aislamiento, pero no puedo evitar preguntarme ¿por qué no están? Las expectativas de futuro ya no van mucho más allá de lo que voy a hacer en los próximos seis meses. Y mantener la protesta sin tener expectativas de cambio es difícil.
“Vuestras guerras, nuestros muertos”. Me impresiona la contundencia de esa verdad. Vuelve la incomodidad. Ahora necesitamos saber cómo gestionarla, ni ahogarnos en ella, ni ignorarla. Futuro, Mundo, Paz, mayúsculas inalcanzables si las pretendemos solos y desde casa. Ni ingenuidad ni cinismo, siempre hay algo que podemos hacer. A pie de calle, quizá tenga razón mi amiga: “Lo mejor de todo esto es la gente que conoces”. Entre todas, todo. Solidaridad y sororidad de kilómetro cero.
Suscríbete para seguir leyendo
- Sumerge las bayetas en esta sustancia para limpiarlas sin ayuda de la lavadora
- El tardeo se consolida y le gana terreno al ocio nocturno en el área de Barcelona
- Una hoja de laurel en la carcasa del móvil: el truco que hace media España
- Donald Trump, herido leve de bala en un atentado en un mitin
- La Agencia Tributaria lanza un comunicado dirigido a los propietarios de viviendas
- ¿Quién era Thomas Matthew Crooks, el tirador que ha atentado contra Trump?
- El trucazo para que Google Maps detecte todos los radares de la DGT
- Adiós a colgar camisas y jerséis en perchas: el método japonés para ahorrar espacio en el armario